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25 marzo 2022

OMAN 2022 february

Un viaje intenso, muy potente y exigente, completo y bien armado, que preparé con calma y mucho cariño. 

Ilusionado porque tenía a Omán en el radar desde hacía años y por fin he conseguido hacer realidad ese sueño. Un destino formidable y desapercibido ante los ojos de muchos. Un descubrimiento para cualquier viajero en busca de aventura.

He regresado de Omán con la sensación de haber visitado otro aislado rincón del planeta que aún consigue mantener la esencia de sus tradiciones pese a la erosión de una globalización que, aunque conlleva logros y avances, genera pérdida de identidad cultural. Entre otros problemas.

Ha sido un viaje a través del tiempo por un país seguro y en calma que no oculta sus orígenes y que por ello marca grandes distancias con mis experiencias viajeras en sus vecinas Qatar, Dubai y Abu Dhabi. No tanto con respecto a la espectacular y muy cercana Socotra (Yemen), con algunas similitudes pero con muchísimo más marketing en redes sociales y que tuve el enorme privilegio de visitar en 2021.

Omán es un país con “pocas noticias”. Repleto de contrastes y de sorpresas, es el Estado más antiguo del mundo árabe y presume de ser pionero en la modernización de la región a la vez que conserva el grato sabor de lo tradicional. 

Un deleite para los sentidos, es un destino muy atractivo y recomendable conformado por un gran parque de aventuras con montañas, desiertos, playas, wadis (verdaderos oasis que, en temporada, discurren entre las montañas formando piscinas naturales situadas a diferentes niveles) y espectaculares costas que completan un paisaje sublime y sorprendentemente variado.

Con una población hospitalaria que posiblemente esté entendiendo que la interculturalidad es un tesoro, Omán invita a grandes aventuras y a una experiencia viajera fantástica bajo un, "aclamado" por muchos, equilibrio entre tradición y modernidad. 

Pero no nos engañemos. Entendamos "tradición" como el mantenimiento de una fuerte identidad cultural por la que parece no haber pasado el tiempo. Y "modernidad" simplemente como la constatación de haber avanzado algo más que sus vecinos en tolerancia, libertades y derechos.  Lo cual se ha de valorar muy positivamente, más allá de su utilización como reclamo o como quitamiedos turístico. 

La "tolerancia" en los países islámicos se podría medir de muchas maneras. También con el tipo de mirada que puede lanzar un omaní por la calle a un occidental cuando, paseando con su mujer y sus hijas, se cruza con él y sus pantalones cortos o va agarrado de la mano o abrazado con una persona de distinto sexo. Eso sí les pone a prueba. 

El respeto y la dignidad forma parte de estas sociedades, tan diferentes a las occidentales, aunque quizás Omán sí puede tener más capacidad y rapidez de adaptación que otros países de la región, más radicales. 

Omán, un destino super-seguro, incluso para mujeres que viajan en solitario, no es un país del todo ejemplar pero es innegable que han avanzado mucho más que sus vecinos geográficos. Hay que decirlo claro.

Leerás a menudo que los omaníes tienen fama de ser de la gente más amable del mundo y que te reciben con los brazos abiertos. Como reclamo turístico puede valer y de hecho hay algo de cierto. Pero honestamente pienso que esto puede ser mucho decir porque he conocido muchos países con similares o mayores niveles de “amabilidad” con el viajero (qué decir de Irán, Myanmar, Sri Lanka, Vietnam y tantos otros, Costa Rica, Colombia,...).

Muchos hombres omaníes, quizás los de mayor nivel social, simplemente te ignoran… con una excepción: que estén al frente de negocios comerciales o turísticos. Nada nuevo. 

En las zonas rurales, más "conservadoras" que las grandes ciudades, sí vi más receptividad y simpatía, menos orgullo, pero que muchos no sepan inglés no ayuda a socializar. 

Omán está en uno de los puntos más calientes del planeta, entre 2 potencias (Arabia Saudita e Irán) que se odian a muerte. Tras Yemen, es el 2º país “más pobre” de la región. Lonely Planet acaba de publicar los que considera “Mejores destinos para descubrir en 2022”: del Sultanato de Omán, en el puesto 7 de países, afirman que "es el destino más progresista entre los países del Golfo Pérsico, con un considerable patrimonio cultural, vastos desiertos, montañas, un litoral deslumbrante y ciudades animadas".

Es el estado más estable de todo el mundo árabe. Tiene una política diplomática muy pragmática. Es un ejemplo de paz y neutralidad en una zona convulsa, en el Estrecho de Ormuz, donde no quieren ni tienen enemigos. 

Nunca han apoyado a un grupo armado y nadie ha intentado atentar en su territorio. Acogen cumbres diplomáticas y acuerdos internacionales de paz porque se llevan bien con todos. Es lo que tiene el Ibadismo, luego lo explicaré.

No hace ni 5 meses que visité en solitario durante 2 semanas Atenas, Abu Dhabi y la espectacular isla de Socotra (Yemen). 

Y ahora acabo de conocer la cercana Omán por libre durante 2 semanas con 2 buenos amigos viajeros. He conducido 1.850 km con dos todoterreno 4WD a los que se suman vuelos internos a Salalah (región de Dhofar) y a Khasab (península de Musandam).

El recuerdo de Socotra (Yemen) ha sido inevitable y permanente en todo este viaje. Tanto, que quizás debiera de rebajar un poco el soufflé de mi fantástica experiencia en la marciana isla yemení, más interesante, virgen y aún más auténtica, ante lo inesperadamente sorprendente de Omán.

Cuenta con muchos enclaves donde cultura, historia y tradición se unen. Entre ellos, cuatro lugares reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. 

El clásico paisaje asociado a Omán, Arabia Saudí u Oriente Medio en general, es el de las tierras secas y polvorientas… y desiertos. Y es que sí, es un país desértico y muy montañoso. Pero...



Pero lo tiene todo.. Porque es un conjunto de grandes contrastes: enormes montañas escarpadas, mares de dunas doradas en desiertos indómitos, exuberantes oasis de color turquesa, espectaculares y profundos cañones a los que asomarse y un litoral cegador con aguas de intenso azul, con sus mezquitas, zocos y encantadoras aldeas milenarias y destartaladas completan un extraordinario menú de paisajes capaz de seducir a cualquiera. 

Y si le sumas lo increíble e insólito de poder ver camellos bañándose en el mar, para qué quieres más?

Omán no es un país caro pero tampoco barato, y ofrece, sin opulencia, una gran hospitalidad y una tradición beduina con un fuerte sentido de orgullo nacional. Precioso, cultural e históricamente rico, está perfectamente preparado para un viaje por carretera por tu cuenta: no tendrás dos días iguales. 

Dividiré este post en varias secciones:

1.- Introducción
2.- Clima
3.- Gastronomía
4.- Datos prácticos y curiosidades
5.- Derechos Humanos
6.- Turismo
7.- Religión
8.- Geopolítica
9.- Itinerario (13 días)

Tuve que interrumpir mi viaje y regresar anticipadamente a España por la urgente hospitalización de mi hermana, Una desgracia con fatal desenlace (RIP). Por ello, no pude visitar la península de Musandam, la última extensión del largo recorrido por Omán.

Quiero agradecer a Angel y a Javi, mis compañeros en esta enorme y enriquecedora aventura, grandes viajeros, que me dieron total libertad para diseñar a fondo itinerario y actividades, por su actitud viajera, flexible y positiva, amistad, charlas interesantes… y también por cederme parte de su material fotográfico. 

Ha sido sin duda una exitosa fórmula de viaje que seguro repetiremos a futuro con alguna incorporación más de similar perfil viajero al nuestro.


Dejo, como siempre, un video de este viaje en HD: VIDEO OMAN

Vamos ya con el post...

1.- INTRODUCCIÓN

Imagina un lugar remoto repleto de aldeas milenarias. Con un territorio que se extiende al sureste de la Península Arábiga a lo largo de más de 300.000 km2, un 80% de Omán es puro desierto.

Un rincón del mundo en el que tolerancia y hospitalidad conforman los cimientos de una sociedad por ellas diferente en su entorno. Y ahora imagina que pudieras adentrarte en ese universo al margen de las hordas de turistas que invaden cada rincón del planeta. 

En Omán, cierta sensación de "soledad" (turística) está siempre presente. Algo que se acrecienta cuando ves aldeas abandonadas o barrios en ruinas. Porque en general ves muy poca gente. Del tamaño de Italia, cuenta tan solo con 5,1 millones de habitantes aunque solo la mitad son omaníes. No ves nada abarrotado, incluso en la capital, Mascate, donde vive casi el 50% de la población. 


En el desierto habitan pequeñas comunidades de beduinos que mantienen sus costumbres y estilo de vida tradicionales. Con su red de pistas (caminos de tierra), así como excelentes autopistas, es el país perfecto para un road-trip lleno de aventuras en el que solo deberás temer la ingente cantidad de radares de velocidad (aún rezo para que no me lleguen multas tras haber visto varios flashes). 

Conducir hasta la montaña más alta de Omán, atravesar las dunas del desierto o meterte en exuberantes wadis llenos de palmeras, rodeado de cabras y de camellos en montañas y en playas, es todo un lujo para un viajero. Me he alojado en un campamento en el desierto, en casas de huéspedes tradicionales y en muy buenos hoteles…y todo con un clima predeciblemente cálido y seco.


La gente es amistosa y abierta y hacen sentirte bienvenido al instante. A su manera. Omán es fácil de abordar como viajero y como turista, y tiene un corazón antiguo y tradicional. Alejada del turismo de masas, el desapercibido y fascinante Omán está repleto de matices heredados tras 10.000 años de historia. Hallazgos arqueológicos y reliquias del Neolítico ya apuntan a la presencia de antiguos asentamientos involucrados en el comercio de incienso. En el S. XVII, el control omaní de las rutas y puertos marítimos se extendía desde las costas de Persia (actual Irán) hasta el este de África. 

Muchos de los fornidos fuertes de Omán son vestigios de los años 1.507-1.650, cuando los portugueses controlaban la zona de Mascate y el dominio omaní se extendía desde Zanzibar a Pakistán. Los que se construyeron antes o después de este periodo son ya de diseño árabe con influencias persas. Los portugueses nunca consiguieron entrar al interior de Omán por la hostilidad omaní y la barrera montañosa.

Conocí los wadis en Yemen. En Omán los hay de todas las formas y tamaños, ocultos entre montañas y escarpados cañones. Muchos estaban aún secos, a la espera de la llegada de los monzones (de Mayo a Octubre). 

Estos oasis en plena naturaleza no son otra cosa que pozas naturales que se han ido creando a lo largo del paisaje y que, sobre todo, cuando el calor aprieta y los grados del termómetro suben, se convierten en auténticos paraísos. 

Uno de ellos fue el Wadi Shab, al que se accede tras dejar el coche y hacer un pequeño tramo en barca. Allí, entre imponentes desfiladeros, sus aguas turquesas resultan casi un espejismo perfecto para un refrescante baño. Una gozada. Otro de los más famosos es el espectacular Wadi Bani Khalid. 

El transporte público en Omán es casi inexistente, así que debes optar por alquilar un todoterreno 4WD, aunque solo si vas a visitar montañas y/o el desierto. Si no, te bastaría con un sedán. 

Solo me hizo falta recorrer durante unos minutos la carretera que nos alejaba de Mascate para que el paisaje comenzase a mutar en cuanto abandonamos el asfalto para perdernos por pistas de tierra entre espectaculares paisajes rocosos: la tierra se plegaba creando colinas y cañones, y las rocas contorsionaban provocando estampas imposibles. Impresionante, debo decir.

Pero este país costero y tan pintoresco no siempre fue el bastión de la tranquilidad que es hoy. 

Situado en la encrucijada de Europa, Asia y África, Omán sufrió frecuentes invasiones y colonizaciones debido a su situación estratégica en rutas comerciales vitales. También se convirtió en una potencia colonial, compitiendo con los imperios portugués y británico por el poder y el comercio en el Golfo y el Océano Índico. Gran parte del patrimonio cultural actual de Omán está definido por ese turbulento pasado. 

El país alberga casi 1.000 fortalezas, castillos y torres de vigilancia que son monumentos de su rica historia. Dondequiera que vayas en Omán te topas con alguna de estas formidables estructuras.


2.- CLIMA

El clima de Omán es cálido y con poca lluvia. Las temperaturas en verano oscilan entre 35ºC y 45ºC, una época muy calurosa y con mucha humedad en la zona costera. 

Sin embargo en invierno las temperaturas suelen bajar un poco más entre 25ºC y 17ºC, es aquí donde podremos encontrar un clima más agradable. 

La mejor época para viajar a Omán es entre los meses de noviembre y abril, durante estos meses el clima es óptimo.



3.- GASTRONOMIA

La cocina omaní lo tiene todo y abarca desde el picante a lo dulce. Se puede degustar la auténtica cocina de Oriente Medio sin abrasarse el paladar, ya que se prepara con especias (cardamomo, curry o canela) que añaden mucho sabor sin que sea demasiado picante. 

Está muy influenciada por la gastronomía persa, libanesa, jordana e india. Incluso turca. Los platos a menudo se basan en pollo, pescado y cordero, así como uno de los ingredientes principales: el arroz. 

Comimos pescados muy frescos asados deliciosos, aunque debes de decirles que no los hagan demasiado. También debo hablar de los zumos naturales, excelentes y muy baratos.

No obstante diré que, por la ausencia de restaurantes en las aisladas rutas por carretera y por la necesidad a veces de improvisar o cambiar de planes, hay que ser práctico: es casi imprescindible que lleves comida en el coche… y también te aconsejo una nevera portátil, que compras allí en cualquier hipermercado, para meter bebidas con hielo. Un acierto. Paras donde y cuando quieres.


4.- DATOS PRÁCTICOS Y CURIOSIDADES

La diferencia horaria con respecto a España era +3h. en febrero (pero será +2h tras el habitual cambio horario).

La moneda local es el rial omaní (OMR), que se divide en 1.000 baisas. En ciudades, hoteles y gasolineras es normal el pago con tarjeta. Es más complicado en zonas rurales o desierto. Debes obtener riales en casas de cambio (2% comisión) porque en el aeropuerto, hoteles y bancos el cambio es pésimo. El OMR tiene un cambio fijo unido al dólar usa (1 OMR = 2,6 USD). Así, ahora, 1 OMR = 2,3 €.

Hoteles y restaurantes cargan aprox un 17% (5% municipality tax, 4% tourism tax and 8% service charge). 

Visado: Se saca por internet (20 OMR, aprox 46 euros). Su “validez” (desde que lo consigues hasta que lo activas) es de 30 días (ojo con sacarlo más de 1 mes antes), y luego dura ya 30 días. http://www.embajadaomanspain.es/visado

Cuando yo estuve (febrero 22), todos los viajeros debíamos presentar un certificado de vacuna COVID-19, con código QR, que indicase que se habían recibido al menos dos dosis de la vacuna. 

Además, todos los viajeros que llegaban a Omán en vuelos internacionales largos (con un período de no menos de 8h) debían llevar una prueba PCR negativa (realizada dentro de las 96h previas) para estar así exentos de cuarentena, y los viajeros de vuelos más cortos (realizada dentro de las 72h previas). http://www.embajadaomanspain.es/covid-19

Era necesario un Pre-registro a través de (https://covid19.emushrif.om) para cargar el certificado de vacunación así como el resultado negativo de la PCR, ambos con códigos QR, y datos de tus vuelos.

Todos los viajeros deben además presentar un seguro médico internacional para cubrir el posible coste del tratamiento por COVID-19 durante un mes.

Todo esto te lo piden en los mostradores de embarque antes de volar a Omán (de nada sirvió que hubiésemos cargado toda la documentación en la web de la aerolínea, en mi caso Lufthansa). El trámite al llegar al aeropuerto es mínimo y rápido.

Algunas curiosidades:

o Para conducir, a priori había que llevar el Permiso de Conducir Internacional, pero me bastó con el permiso normal.

o La gasolina es muy barata (unos 0.5 euros/litro) y no hay que pagar autopistas ni parkings.

o Las direcciones, con calle y número, son inexistentes en Omán, por lo que hay que guiarse por elementos singulares cercanos (edificios, mezquitas, hoteles, rotondas, etc).

o Los hombres locales continúan vistiendo su tradicional dishdasha (camisa-vestido hasta los pies y de color normalmente blanco).

o Se puede consumir alcohol en algunos hoteles y restaurantes, pero es muy caro. Debes de comprarlo en el duty free del aeropuerto internacional de Mascate (oportunidad única a tu llegada a Omán) y bastante barato.

o El viernes es el comienzo del fin de semana de todo país musulmán. Así que viernes y sábado casi todo está cerrado, salvo grandes restaurantes o centros comerciales. Muy importante al planificar las paradas de tu ruta.

o Salvo en la capital, no hay restaurantes “europeos”. La mayoría son locales, hindúes o turcos. Y en muchos, los clientes no se bajan del coche (por el calor?, por estatus?), pitan con la bocina para que les lleven la carta al coche y así llevarse la comida.

o En todas las autopistas y en muchas carreteras de interior hay muchísimos radares de velocidad. Exagerado.

o Por norma general son muy educados, pero a la vez algo sucios. Tiran mucho plástico al suelo y cuidan poco su entorno, algo que ya pude comprobar aún con mayor intensidad en Socotra (Yemen).

o En los hoteles siempre te dan agua embotellada y hay una flecha en el techo de las habitaciones donde se indica la dirección hacia La Meca, algo normal en todos los países árabes.

o Hay cajeros automáticos en todas partes, sobre todo junto a gasolineras.

o Hay pocos hoteles y probablemente te convenga reservarlos en temporada alta.

o Todos los carteles están en árabe y en inglés, afortunadamente.

o No te agobian como p.e. en Marruecos. No son pesados o intrusivos ni en los bazares. Puedes parar en un pueblo y la gente, o pasa de ti o te pregunta si necesitas alguna ayuda.

oMuchos pueblos antiguos han sido abandonados debido a la falta de transporte por estar en zonas casi inaccesibles. El gobierno les ha regalado parcelas para que se muevan a zonas más cercanas y menos retiradas.

o La extraordinaria calidad de su incienso (resina de color lechoso, extraída de un árbol) ha atraído a Omán caravanas de mercaderes durante milenios. Es un producto que aún hoy exportan a todo el mundo y sigue jugando un importante papel en su cultura. Por ello no sorprende que uno de los monumentos más singulares de su capital sea un incensario gigante sobre una montaña junto a la costa.

o La conexión con Zanzibar: hoy, muchos africanos orientales tienen una especial conexión con Omán a la vez que muchos omaníes hablan suajili fluidamente, idioma árabe-bantú formado a través de siglos de comercios y conexiones a lo largo de la costa suajili.

o El 70% de la población estaba vacunada con dos dosis. Los muertos por covid habían sido de 4.250 personas en total hasta enero 2022.


5.- DERECHOS HUMANOS


Más "progresista" que Emiratos Árabes Unidos y con mejor política laboral, como era de esperar siguen aún así teniendo un amplio recorrido en derechos. 
Aunque sus políticas sociales no merecen un aplauso, es de justicia apreciar que p.e. la pena por homosexualidad (3 años) contrasta con las de países vecinos, mucho más severas, incluso con muerte.

Hay muchísima gente de India, Bangladesh o Pakistán trabajando en los sectores de construcción y servicios. Los trabajadores y trabajadoras migrantes siguen estando “vinculados” a sus entidades empleadoras por el injusto sistema de kafala (patrocinio) del que ya hablé tras mi reciente visita a Abu Dhabi, en virtud del cual se depende de ellas para entrar en el país y mantener residencia legal. Les retienen hasta el pasaporte. Esgrimir que ganan más dinero que en sus países de origen no tiene un pase.

Pero en 2021 Omán aprobó una reforma que les permite cambiar de empleo al finalizar su contrato sin el permiso de sus empleadores. Antes, a las personas migrantes que cambiaban de trabajo sin el permiso de su entidad empleadora se les prohibía entrar en el país durante dos años. Leí que un Plan de “Omanización” va a permitir recuperar puestos de trabajo para los locales.

Aunque Omán es sin duda uno de los países de Asia occidental que más ha avanzado para alcanzar la igualdad de género, y es justo reconocerlo, las mujeres siguen sufriendo discriminación en la Ley y en la práctica, sobre todo en asuntos como divorcio, custodia de los hijos e hijas y herencias. 

Y también, aunque en Omán existe una legislación vigente que prohíbe la discriminación por cuestiones de género, continúa sin haber legislación específica para abordar la violencia de género. Lo cierto es que, salvo en las ciudades, no ves mujeres omaníes por la calle ni en los comercios: en zonas rurales y pueblos son “inexistentes”. Pero digamos que esto es "normal" en los paises del Golfo.

Y como en Yemen, las niñas son muy reacias a ser fotografiadas mientras que los niños piden posar con indisimulado orgullo.

Mujeres y hombres omaníes socializan radicalmente de forma separada. Esto es normal en este tipo de países y no ha de extrañar a nadie...Era muy evidente pero, por mi experiencia viajera y lejos de resultarme chocante, nunca deja de llamarme la atención esos comportamientos

Ellos, solos; ellas solas y con Niqab (conjunto negro de tocado para cabello y cuello, con un velo que recorre toda la cara y tapa nariz y boca dejando al descubierto solo una fina franja para los ojos, y una túnica hasta los pies) o con Chador (larga túnica negra que esconde la forma del cuerpo femenino, con un velo que cubre cabello y cuello, pero deja al descubierto la cara). 
En Irán recuerdo que el Hiyab (pañuelo que cubre cabello, y a veces cuello, dejando totalmente al descubierto la cara) era lo más frecuente. 

En Omán, en la otra mitad de la población, migrante, todos socializan con todos y las mujeres visten “normal”.







6.- TURISMO


Hasta 1.962 Omán no descubrió petróleo (25 años después que Arabia Saudita), aunque es de peor calidad y más caro de extraer. Hoy supone el 80% de sus ingresos. 

Muchos no saben que ha sido desde hace pocos años cuando Omán ha comenzado a abrirse al turismo. Y va a más?. Bueno, yo solo diría que sus gobernantes sí quieren que vaya a más, de hecho la flexibilización de las normas sobre visados les va abriendo a un público más amplio, aunque desde luego no preveo que llegue a ponerse de moda... pero sí a convertirse en un destino "obligado" para un perfil viajero en busca de aventuras en un territorio muy seguro,

La eficiente gestión de los yacimientos de gas y petróleo por el difunto sultán Qaboos (todo un héroe nacional) hicieron el milagro de convertir un país empobrecido en un moderno estado, eso sí, alejado del lujo y despilfarro al que son tan propensos sus vecinos de EAU. 

Este sultán abolió la esclavitud e hizo que las omaníes fueran las primeras mujeres del Golfo en ocupar altos cargos. Introdujo una cultura de tolerancia y permitió la construcción de iglesias y templos en una nación profundamente musulmana ibadí; se abrieron escuelas, universidades y hospitales, y las autopistas comunicaron nuevos aeropuertos y puertos con poblaciones y ciudades en crecimiento.

Ignorado por el turismo de masas, Omán es el país árabe con menor afluencia turística. Tras Yemen, claro. 

Todos los países del Golfo Pérsico quieren diversificar su economía, pasando de la dependencia del petróleo al impulso de sectores como el turismo. 
P.e. Arabia Saudí se encuentra en pleno desarrollo de su estrategia turística para poder alcanzar 100 millones de visitas en 2030, No te extrañe ver ofertas de vuelos o viajes organizados a este país, o incluso mucha publicidad en prensa y revistas de viajes.

Omán también ha anunciado su intención de impulsar su industria vacacional: su objetivo es pasar de los 1.200 millones de riales (2.750 millones de euros) ingresados en 2019 a 9.000 millones de riales (20.600 millones de euros) en 2040. 

Y para lograr esta cifra de ingresos, deberán aumentar el número de visitantes recibidos –solo 2,5 mill. en 2019- por lo que están desarrollando un plan de inversiones que supone la construcción de parques temáticos, naturales y acuáticos, así como centros de entretenimiento en diferentes puntos del país. Mejor ir cuanto antes.

Despejaré posibles dudas: Omán es un territorio árabe libre de amenaza terrorista o inseguridad. 

Solo hay que dejarse llevar en un lugar tranquilo y adentrarse en una cultura que, por más que el tiempo aceche, ha demostrado saber conservarse casi intacta. 

Antes dije que hablamos de un país del tamaño de Italia pero con 5,1 mill. habitantes: la despoblación y la escasa densidad demográfica es algo muy palpable. Como lo es también una limitada infraestructura turística: pocos restaurantes y hoteles… y nula información turística facilitada por éstos: no esperes planos de la ciudad ni folletos de lugares turísticos ni carteles con profusión de información del lugar que estás visitando. 

Les queda mucho recorrido si quieren aspirar a más. En lo que a mí respecta, no lo eché de menos pero me dio que pensar sobre el tipo de turismo al que aspiran o esperan.


The New York Times ya dijo de Omán en 2015 que era “el secreto mejor guardado de Oriente Medio a punto de dejar de serlo….”. 

Y es que, conscientes del enorme potencial de este tesoro escondido, grandes cadenas hoteleras iniciaron ya su desembarco en el sultanato. Pero el Plan Vision 2040 del gobierno es un proyecto avanzado que, entre otras iniciativas, coloca a la comunidad y la sostenibilidad en el centro de su estrategia turística. A ver si es verdad.


7.- RELIGION (importante)

La forma de gobierno es una monarquía absoluta. El Sultán es la autoridad suprema, aunque el Parlamento tiene algunos poderes de supervisión y legislativos.

En 2010, la ONU eligió a Omán como “el país que más había mejorado en las últimas cuatro décadas”.  Se entiende que en derechos y libertades

A día de hoy, es uno de los países más estables y desarrollados del mundo árabe. 

Y es que estamos en un país islámico en el que se predica el ibadismo: rama del islam que se separa de las creencias chiitas y sunitas, y que no tiene tentaciones expansionistas. Esto es música celestial.

Te recuerdo que los chiítas son mayoritarios en Irán, Irak, Azerbayán, Barhein y casi en Yemen (47%). Y los suníes son mayoría en el resto de países árabes, excepto en Omán, que es el único país musulmán donde el ibadismo es mayoritario. 

Con más de 1.300 años de historia, el ibadismo, presente solo en Omán, Zanzíbar y de forma marginal en el Magreb (Libia, Túnez y Argelia), se caracteriza por escoger a sus imanes a través del consenso de la comunidad y por buscar una solución pacífica de los conflictos. 

La existencia de esta escuela de pensamiento explica que, a pesar de ser un país de moral conservadora, las minorías disfruten de una plena libertad de culto. 

Así, sus dos pilares son conservadurismo y tolerancia. 



8.- GEOPOLITICA (un equilibrio casi imposible)

Este es un asunto que me interesa mucho y al que cada vez dedico más espacio en los posts de mis viajes. Para mí, viajar a un país es también tratar de entender su idiosincrasia y peculiaridades, más allá de disfrutar de su oferta estrictamente turística.

En 1.951 Omán dejó de ser un protectorado británico. El fallecido sultán Qaboos bin Said, siempre muy apoyado por el Reino Unido, heredó de su padre en 1.970 un estado medieval: Omán solo tenía dos escuelas, dos hospitales (regentados por misioneros), una carretera de 10 km apenas pavimentada, destruida por la guerra civil, y el analfabetismo alcanzaba a más del 70% de la población. Fue el arquitecto del Omán actual.

A pesar de su delicada ubicación entre los rivales regionales Arabia Saudí e Irán, feroces enemigos, de compartir frontera con un Yemen devastado por la guerra y de estar situado en una inestable ruta marítima petrolera clave que ha sido escenario de varios ataques a petroleros, el Sultanato de Omán es uno de los destinos más seguros del mundo para viajar, tanto como lo puede ser Irán. Has leído bien. Y es muy interesante.

Considerada "la Suiza de Oriente Medio", Omán ha conseguido durante mucho tiempo mantenerse neutral y disfrutar de una relativa paz y tranquilidad en una región sumida en la agitación

Es desde hace muchos años una isla de calma en un mar de conflictos sectarios. Además destaca por su tolerancia religiosa, incluso para doctrinas politeístas prohibidas en otros países musulmanes. Y en una subregión, la del Golfo Pérsico, caracterizada por el lujo y la ostentación, exhibe una actitud más bien modesta y recatada. 

No son como los EAU, que han construido ciudades de rascacielos y han oscurecido su (escaso) patrimonio histórico y cultural. Quieren preservar su identidad. 

Pero, en común con las petromonarquías del Golfo, prósperos estados construidos gracias a una mano de obra muy barata, a menudo explotada, la mitad de los habitantes de Omán son migrantes, de Pakistán, India o Bangladesh, que son quienes construyen sus autopistas y atienden supermercados y tiendas o sirven en cafeterías, restaurantes y gasolineras.


Durante el siglo pasado, cuando el país era gobernado por un déspota oscurantista, la capital cerraba las puertas de su muralla cada noche e incluso la radio estaba prohibida. Sorprendente. 

El descubrimiento de ingentes yacimientos de petróleo y la llegada al poder en 1.970 del sultán Qaboos Bin Saïd, abrió el país al mundo tras haber vivido en un absoluto aislamiento durante gran parte del S. XX. 

Hoy en día, el petróleo y el gas natural son su principal fuente económica. Esto hace que, a pesar de no abusar de la ostentación, la riqueza queda hoy patente a cada paso, en las zonas más desarrolladas, aunque en medio de un llamativo y sorprendente desastre urbanístico… caracterizado por una gran ausencia de planificación y orden: cada uno ha construido donde y como ha querido, con algunos extrarradios de ciudades bastante deslucidos.

La aclamada tolerancia de Omán se explica quizás por su historia de intercambios comerciales con otras culturas. No en vano, la gastronomía tradicional es una fusión de platos árabes e indios, y su lengua incluye una profusión de palabras persas, indias, suahilis y baluchis. 

Omán es un país árabe capaz de llevarse bien con Israel e Irán al mismo tiempo. Increíble, verdad?. Pero es que hasta incluso mantuvo relaciones con Irak e Irán mientras éstos estuvieron en guerra. Insólito. 

Omán lleva décadas mediando en los conflictos de Oriente Próximo y manteniendo buenas relaciones con todos sus vecinos. 

Coincidiendo con la llegada al trono de un nuevo sultán en 2020 sigue la tensión con Irán, y varios países árabes (Egipto, Jordania y EAU) ya han “reconocido” a Israel en aras a conseguir una paz completa, justa y duradera en Oriente Próximo. El actual sultán omaní tendrá que decidir si mantiene la exquisita neutralidad que caracteriza a su país, sabiendo que cualquier decisión podría provocar roces con sus vecinos. 

Las relaciones entre Omán y Arabia Saudí han sido muy frías durante décadas, a pesar de que ambos países son vecinos, debido a la desconfianza permanente de los saudíes por las excelentes relaciones de Omán con Irán, a tan solo 60 km desde las costas de Musandam. 

Y es que Irán (en tiempos del Sha) ayudó a Omán, junto con Reino Unido, a aplacar una revuelta rebelde en la región de Dhofar en 1954-59, apoyada por Rusia y China. Desde aquella ayuda, perdura la amistad entre Irán y Omán. Y los omaníes, que han cultivado una cuidadosa neutralidad, siempre han mirado con escepticismo una influencia saudí en la zona que amenaza a Irán.

Queda por saber si el nuevo Sultán Haitham sabrá mantener esta seña de identidad de Omán con una diplomacia conciliadora y postura neutral en los conflictos que azotan la región. Sus buenas relaciones con todos sus vecinos y sus particularidades religiosas, al no pertenecer a ninguna de las dos grandes ramas del islam, les aporta mucha credibilidad en la región.


9.-  ITINERARIO (13 días)

Se trataba de una ruta muy exigente y hubo por ello algunos pocos lugares que por diversas razones finalmente no pudimos visitar.

Día 1 - Vuelo 7am (escala 12h en MUNICH)  
Día 2 - Llegada a MASCATE 6,50am. Alquiler todoterreno. Día entero.
Día 3 - NAKHAL – WADI BANI AWF – BILAD SAYT - AL HAMRA – WADI GHUL – JEBEL SHAMS
Día 4 - JEBEL SHAMS (Balcony Trail) - BAHLA – NIZWA
Día 5 - NIZWA - BIRKAT AL MOUZ – (SHARQIYA) WAHIBA SANDS
Día 6 - WAHIBA SANDS - WADI BANI KAHLID – RAS AL JINZ TURTLE RESERVE
Día 7 - RAS AL HADD - AL AYJAH – SUR
Día 8 - WADI  SHAB – BIMMAH SINKHOLE – Vuelo a SALALAH (DHOFAR). 3D/2N. 
Día 9 - Ruta OESTE de SALALAH y ciudad de Salalah
Día 10 - Ruta ESTE de SALALAH. Vuelo de regreso a Mascate.
Día 11 - Vuelo a KHASAB (MUSANDAM) 3D/2N. CRUCERO FIORDOS
Día 12 - Ruta SAFARI MOUNTAIN (MUSANDAM)
Día 13 - Vuelo de regreso a MASCATE (día entero). 
Día 14 - Vuelo de regreso 2,45am (escala 11h en FRANKFURT)


Alquilamos con Rentalcars (vía Booking.com) dos todoterreno 4WD, ambos con seguro a todo riesgo sin franquicia. Uno en Mascate (MG, 7 dias, 77 eur/dia) y otro en Salalah (Jeep Grand Cherokee, 2 dias, 94 eur/dia), ciudad a la que volamos con Salam Air desde Mascate (140 eur i/v). En total, conduje 1.850 km. Google Maps y Maps.me, ambos con mapas off-line, de nuevo fueron de ayuda imprescindible, aunque sorprendentemente con demasiados errores y dificultad de identificar algunos lugares.

Utilicé la Guía Lonely Planet y nos fue de enorme utilidad, como siempre y al margen de algunos enfoques, para "ordenar" la ruta, tener la información justa y necesaria de cada sitio, y organizar las mejores paradas con más seguridad, con muchas direcciones y opciones para elegir, en un destino del que no encontrarás mucha información turística salvo en Blogs de viaje. Bastó descargarme de la web de Lonely Planet el pdf correspondiente a Omán, dentro de una guía actualizada mucho más amplia e innecesaria.

Al iniciar la ruta, compramos en un supermercado una nevera portátil para llevarla en el coche siempre llena de botellines de agua y de cervezas que encontramos en el duty-free del aeropuerto de Mascate, con hielos de supermercados y de gasolineras. La llevamos también a Salalah...

Además, llevamos mucha comida en la maleta (embutidos en sobres, latas,…) de la que dábamos cuenta a diario con pan local y mucha fruta que compramos en las innumerables paradas que hicimos en poblados o aldeas donde había algún supermercado. Y dátiles. muchos dátiles...

Hemos comido en un montón de sitios improvisados, en ruta, todos espectaculares y a la vista de nadie. Una gozada. Libertad de movimientos, con total flexibilidad y a nuestro aire. Piensa que este es un país muy diferente por el que viajas de forma poco convencional, y la práctica ausencia de bares y restaurantes en ruta, reduce tus posibilidades: una buena logística es fundamental para disfrutar de un fabuloso road-trip.

Todos los alojamientos fueron contratados a través de Booking.com, con la excepción del campamento en el desierto de Wahiba Sands que decidí contratar mejor directamente con ellos, por igual precio que Booking, pero con el “extra” de una excursión gratis en camello. Menos en este campamento, donde pagué en metálico en OMR, en todos aceptaron Visa y todos tenían buen wi-fi. Al ser "temporada baja" obtuvimos buenas ofertas de precios y los desayunos en general fueron muy buenos, con "de todo".
 

La (esperada) práctica ausencia de "vida nocturna" ha hecho que hayamos podido descansar lo suficiente: por las noches acusábamos cierto cansancio y, como te levantas temprano para continuar la ruta por carretera tras un fuerte desayuno, lo habitual era acostarse no más tarde de las 23h. y dormir 7-8 horas.

Una recomendación, que no solo aplica para Omán, es que contrates con tu banco algún tipo de “pack comisiones” que, por una módica tarifa plana, te permite evitar altas comisiones cuando pagas en el extranjero con tarjeta en moneda no euro (3%) o sacas dinero de cajeros automáticos (4,5%). BBVA lo tiene y por solo 7 eur/mes lo saqué chispas.

Si quisieras hacer esta ruta pero no dispones de suficientes días, mi recomendación sería quitar Musandam, con lo que podrías hacer el viaje incluso en 9 días.

Vamos con la ruta.




Dia 1 - MUNICH (ver post aparte: Munich en un día). 

Una escala de 12h me permitió conocer por primera vez esta ciudad alemana. Hablo de ello en un post aparte.

POST DE MUNICH FEBRERO 2022


Dia 2 – MASCATE (Muscat en inglés)

La capital de Omán es una de las ciudades más antiguas de Oriente Medio ya que su origen se remonta a más de 2.000 años. Desde el S. VI aC. fue un enclave muy importante entre Europa y Oriente, y en los S. XVI y XVII españoles y portugueses se asentaron en diferentes momentos en esta atípica ciudad que se extiende a lo largo de una estrecha franja de casi 50 km entre las montañas y el mar. 

La ciudad se forma alrededor de la antigua MUTRAH, con su atractivo paseo marítimo (CORNICHE) y su sinuoso zoco. 

Es una ciudad algo extraña porque está formada por varios núcleos de población, algo alejados, cada uno con su propio carácter y separados entre sí por lomas y tierras sin urbanizar.

Los más interesantes para el viajero son cuatro: Mutrah, Ruwi (la “Little India”), Old Muscat y Al-Qurum (donde viven casi todos los europeos). 

Mascate es el emblema de una prosperidad comedida, una ciudad tranquila y silenciosa donde el placer máximo parece ser pasear a la caída del sol por la agradable Corniche (paseo marítimo) que con sus 3 km bordea el océano mientras te cruzas con omaníes enfundados en su túnica (dishdasha) con su turbante (mussar) o gorrito (kumma). 

El espectáculo de las luces del atardecer proyectadas sobre los minaretes de las mezquitas y los blancos edificios gubernamentales me pareció precioso y resultaba evocador.

En Mascate, la presencia policial es mínima y los pocos agentes desplegados muestran una actitud distendida. Una urbe en la que los rascacielos y altos edificios brillan por su ausencia, en comparación con otras ciudades de la península arábiga. 


La explicación es sencilla: por orden del sultán no puede construirse nada en todo el país que supere los 100m de altura. Bañada por las aguas del océano Indico y una luz muy particular, 
Mascate se extiende como una ciudad de edificios blancos sobre un fondo de color arena. Y es que esta ciudad próspera pero austera, presenta un aspecto bastante homogéneo en sus construcciones, con edificios de poca altura (hay pocos con más de 5 plantas) y generalmente de color blanco.
Todo ello, juntamente con la abundancia de árboles y zonas ajardinadas, hace que Mascate sea una ciudad agradable a la vista, a pesar de encontrarse rodeada de un entorno árido. Los Fuertes de piedra con torres de vigilancia y mansiones con balcones enrejados se alzan junto a edificios de poca altura y obras maestras arquitectónicas contemporáneas. Todo encaja... pero con algo de esfuerzo.

Aterrizamos en Mascate a las 7am y, tras alquilar nuestro primer todoterreno 4WD nos dirigimos, antes de ir al hotel, a visitar la famosa MEZQUITA DEL SULTAN QABOOS. Ya desde la lejanía, llamaba la atención con sus cinco minaretes alzándose hacia el cielo. 

Los patios y jardines de su interior sorprenden, aunque también su enorme sala de oración, cuya esplendorosa lámpara pesa más de 8 ton. y la alfombra persa que cubre el suelo (70x60m) es la segunda más grande del mundo, tras la de la Gran Mezquita Sheikh Zayed en Abu Dhabi que visité en octubre-21, aún más espectacular. 







Es una obra de arquitectura moderna islámica que impresiona por su elegancia. Si pensabas que todas las grandes mezquitas eran iguales, estás equivocado… 
La simplicidad en el exterior contrasta con la riqueza ornamental en el interior donde se puede admirar esa “impresionante” lámpara y esa descomunal alfombra que tardó cuatro años en tejerse. La mezquita se inauguró en 2001 para conmemorar los 30 años de gobierno del sultán Qaboos Bin Said Al Said, que impulsó a Omán a la modernidad tras el descubrimiento de extensas reservas de petróleo en la década de 1970.






Con sus pasarelas arqueadas, coloridos mosaicos, cúpula ornamentada y candelabros con incrustaciones de cristales de Swarovski, es un lugar imponente, con capacidad para 20.000 fieles en su interior. Pero también los edificios anexos, patios y jardines exteriores son impresionantes. La mayor parte del complejo de la mezquita es visitable por no-musulmanes, pero hay que ir con pantalones largos y las mujeres deben cubrir sus brazos y su pelo (mejor llevar encima un gran pañuelo o similar).







Tras poder hacer un “early check-in” en nuestro hotel, donde reservé una enorme habitación triple, magníficamente situado y muy recomendable (http://naseemhotel.com/ 50 eur pp con desayuno), salimos pronto a visitar el famoso y recomendable MERCADO DEL PESCADO a escasos 200m. 

Desde atunes inmensos hasta peces espada, éste es el mejor mercado de pescado que puedes visitar en Omán. Intenta ir temprano, sobre las 6-7am cuando está en su máximo esplendor. Si vas más tarde de las 10am, muchos de los puestos estarán ya vacíos. También había un mercado de frutas y verduras. Me encantó. Disfruto en estos lugares.







Después fuimos andando al antiguo zoco, en el barrio de Mutrah, la opción perfecta para adentrarse en su laberinto de callejuelas y embriagarse de sus olores, al tiempo que se aprende sobre esa vida que discurre tranquila entre el vaivén de los que acuden a hacer sus compras, y de los escasos turistas que lo visitan: había poca gente pero casi todos con mascarilla. 

No me pareció particularmente apasionante pero disfruté perdiéndome entre los callejones descubriendo sus tiendas tradicionales y saludando. Aquí te darás cuenta que esta zona está habitada por la “clase baja” omaní, algo que nunca llegarás a ver en EAU o Qatar, lo que te hace llegar a la simple conclusión de que Omán es un país más “normal”. Ellos, charlan animadamente ataviados con sus típicas dishdashas, impecables túnicas blancas que llegan hasta el suelo y su mussar (turbante) o kumma que cubre sus cabezas. Ellas, mientras, realizan las compras con sus largos y negros vestidos. 





Ví por primera vez los khanjars ornamentados (la daga curvada que forma parte del elegante traje tradicional y que constituye el emblema nacional) y los kumma estampados (gorritos que los omaníes exhiben con orgullo) y que luego compraríamos en la ciudad costera de Sur. 

No sé si, como dicen, éste es uno de los mercados más antiguos del mundo árabe. Ví tiendas que vendían incienso, lámparas, ropa local, pashminas y sandalias hechas a mano. Se pueden comprar especias, café, agua de rosas o dátiles, algunos de los productos típicos del país. 

Escenas de la vida cotidiana entre especias de colores, jabones artesanales y souvenirs varios. 


A pesar de la fascinación que sienten los omaníes por las grandes superficies a la americana, el zoco de Mascate, cuya boca está emplazada frente al paseo marítimo, para ellos no ha perdido su encanto y el regateo es parte de su tradición. 

Tomar un café típico omaní o un enorme zumo recién exprimido en el renovado paseo marítimo (Corniche) es esencial,  una excelente manera de familiarizarse con la ciudad.

En el camino, vimos anclado el yate privado del Sultán.

Después de comer en un restaurante de la Corniche, con unos zumos descomunales, fuimos a la playa de Al-Bustan, desde la que tratamos de ir caminando por la arena hasta un imponente hotel de lujo. Nos pararon el paso y nos obligaron a dar marcha atrás porque "debíamos entrar por el acceso principal".
 
La oportunidad de beber una cerveza hizo que diésemos la vuelta a regañadientes para ir en coche. Se trataba del Al Bustan Palace, de la cadena Ritz-Carlton, abrigado entre la cadena montañosa Al Hajar y el Mar de Omán, uno de los principales hoteles de 5* en Mascate. Impresionante, nos hicimos pasar por huéspedes y babeamos en su interior. Solo nos descubrimos a la hora de pagar el sablazo que nos metieron. Mucho lujo impregnado de tradiciones antiguas y confort contemporáneo. Anecdótico pero mereció la pena el relax tras el duro viaje.






De regreso a Mutrah, paramos en la zona del Viejo Mascate, enclavado entre impetuosas montañas que le sirvieron siglos atrás de protección, con grandes avenidas y pulcros edificios blancos. Allí estaba la Fortaleza Al Mirani, que no dejan visitar, junto al Palacio Al Alam (la colorida residencia privada del Sultán, con un diseño sacado de una película de Aladín) al que tampoco puedes entrar y no se ofrecen tours, pero la parte exterior del edificio es muy peculiar. 

Me hice un selfie con un grupo de moteros.








En la avenida de enfrente se encuentra el Museo Nacional, que muestra la historia de Omán desde la primera evidencia de vida humana hace 5 millones de años hasta el S. XXI. No entramos, era ya tarde. 



El color del cielo, la temperatura, brisa, el lugar, las sensaciones, el cansancio y la tranquilidad del ambiente, me hicieron relajarme de felicidad.


Cenamos al aire libre en un coqueto restaurante junto a nuestro hotel. 

Estábamos "muertos" del viaje, muchas horas casi sin dormir desde el madrugón en Bilbao. Al día siguiente empezaba la caña. Necesitábamos descansar…



Día 3 -  NAKHAL – RUSTAQ - WADI BANI AWF – BILAD SAYT - AL HAMRA – WADI GHUL – JEBEL SHAMS


Salimos pronto hacia NAKHAL, donde un Fuerte de hace 1.500 años restaurado era una buena razón para visitar esta atractiva ciudad tradicional atrapada en el pliegue entre una llanura y las montañas Hajar. Las montañas se elevan casi verticalmente detrás del asentamiento, creando un telón de fondo sorprendente para uno de los Fuertes más espectaculares y queridos de Omán. El Fuerte estaba cerrado por obras y no pudimos entrar. Nos pasó en varios sitios.




Y no pudimos visitar RUSTAQ, ciudad que fue capital de Omán en el S. XVII durante 150 años y sigue siendo un importante centro regional con otro imponente Fuerte y unas famosas fuentes termales. El tener que retroceder para repostar el coche de manera urgente y la pérdida de tiempo, con el plan tan ajustado que teníamos, impidió desviarnos a Rustaq. Un pena.

Pero seguimos hacia el WADI BANI AWF, una arteria importante a través de las montañas en la que fluye durante todo el año agua de manantial. Con sus imponentes acantilados y plantaciones apiñadas a lo largo de las orillas, árboles y sorprendentes formas rocosas, algunos wadis ofrecen una visión fascinante de la vida rural en el interior oculto de Omán. Una nueva carretera pavimentada conducía al este wadi desde la Highway 13, pero se requiere un todoterreno 4WD para explorar más allá del final de la carretera.






Con Jebel Shams elevándose sobre el wadi y pueblos increíblemente elevados encaramados en salientes a gran altitud, un viaje en todoterreno a través de esta región es un punto culminante “off the road” y toda una experiencia.

Justo más allá de la sección pavimentada de la carretera, la pista gira a la derecha hacia Wadi Sahten, a través de un arco de roca, y a la izquierda hacia los tramos superiores de Wadi Bani Awf en un cruce señalizado. Y aquí comienza un emocionante viaje a lo largo de estrechos salientes. No es necesario ser conductor experto ni es peligroso en exceso, aunque algunos tramos sí dan respeto. A menudo no hay espacio para adelantar a otro vehículo y dar marcha atrás en una curva cerrada, con un desnivel de 500 m si te equivocas, no es para pusilánimes. La ruta pasa por Snake Gorge y asciende, a través de Bilad Sayt y el pueblo de Hatt, hasta Sharfat Al Alamayn, un famoso mirador.

Fue una gozada conducir por sinuosas curvas en pistas de tierra, a través de un espectacular paisaje en el que se escondían auténticos tesoros que adquirían forma de pequeñas aldeas, salpicadas por las montañas, muchas de ellas rodeadas de plantaciones en terrazas que sustentan la economía local. El sistema de regadío por canales que se continúa utilizando en muchas de estas zonas es conocido como aflaj, y está considerado Patrimonio de la Humanidad.




BILAD SAYT es un pueblo de montaña muy pintoresco. Montañas escarpadas y dramáticas se elevan detrás del pequeño pueblo mientras terrazas cultivadas se extienden debajo. A esta espectacular ubicación llegas tras recorrer un camino de grava con pendientes pronunciadas. La belleza panorámica del pueblo se captura mejor desde lejos en el camino hacia el pueblo.











Comimos a la sombra bajo unas palmeras en el WADI GHUL, donde entramos por el interior del Gran Cañón. Estaba totalmente seco. En la entrada del wadi vimos AL HAMRA, un pueblo al pie de las montañas Hajar, con sus casas de adobe de dos y tres pisos construidas al estilo yemení. Al atardecer, cuando los edificios color miel parecen fundirse en uno solo, era la postal perfecta.







Luego, ascendimos hasta JEBEL SHAMS para pernoctar en lo alto de una de sus cimas a 2.000 m: dormimos en el Jebel Shams Resort, desde donde al día siguiente íbamos a hacer el famoso trekking por el Gran Cañón de Arabia, conocido como el Balcony Trail.



Del hotel, quizás algo desangelado y para nada de lujo, destacaría su excelente ubicación. La temperatura bajó mucho, dimos un paseo casi de noche por los alrededores. Fresco. https://www.booking.com/hotel/om/jebel-shams-resort.es.html? (83 eur pp con cena y desayuno).








Día 4 - JEBEL SHAMS (Balcony Trail) - NECRÓPOLIS DE AL AYN - BAHLA – NIZWA

JEBEL SHAMS es el nombre de la montaña más alta de Omán (3.028m) y por, extensión, el nombre por el que se conoce uno de los escenarios más impresionantes de toda la Península Arábiga: el Gran Cañón de Arabia, un enorme tajo en la superficie terrestre que en su punto más profundo alcanza la friolera de más de 1.100 metros de precipicio. Estamos en la cadena montañosa de Al Hajar, un lugar que te empequeñece.








Es por ello que el Jebel Shams merece ser incluido en el recorrido de todo viaje a Omán. Más teniendo en cuenta que su acceso es no es muy complicado y que en este paisaje tan extremo se puede disfrutar de uno de los más apasionantes trekkings del país.

Por la mañana iniciamos pronto esta interesante caminata de 3 horas (ida y vuelta) por la zona alta del Gran Cañón, una ruta de dificultad media y, en algunos salientes, especial para los que no tienen vértigo, llamada BALCONY TRAIL, que tiene un desnivel de menos de 300m y lo más curioso es que comienza bajando poco a poco junto al espectacular cañón que acompaña durante toda la ruta.

Se parte desde el pequeño poblado de Al Khitaym, al que llegamos por una pista de tierra de 3 km desde nuestro hotel y donde aparcamos. La caminata bordea el borde del cañón presentando posiblemente el paisaje más extraordinario de todo el país: enormes abismos de roca escarpada y valles silenciosos.
















Desde arriba, a veces bajando parecía inviable atravesar el cañón de la manera que lo hace el Balcony Trail. Pero cuando te vas acercando poco a poco a los puntos donde crees que el sendero no pasará, lo haces sin problema alguno. Es frecuente durante el recorrido encontrarse con cabras. Terminamos en un lago alimentado por una cascada inexistente, rodeados de cabras. Algunos turistas llegaban cuando nosotros regresábamos.







Regresamos al hotel para hacer el check-out y seguimos nuestro road-trip con la intención de ver algo muy fuera de ruta pero emocionante: las tumbas de piedras apiladas en forma de colmena en la zona de AL AYN en la cima de una pequeña colina junto al  poderoso JEBEL MISHT.

Si bien Al Ayn tiene las tumbas de colmena mejor conservadas, la mayor concentración de estas estructuras que figuran en la lista de la Unesco se encuentra alrededor de BAT, en el vecino Wadi Hajir, donde apenas hay una colina sin una. Pero nos cogía ya muy a desmano. 

Los habitantes de la Edad de Bronce de la región construyeron laboriosamente estas cúpulas de 7m de altura con bloques extraídos de arenisca barnizada del desierto depositados en el lecho marino hace más de 250 millones de años. 


Pero, oh! sorpresa: carretera en obras y cortada. Y no había otra manera llegar. Una pena y un montón de km. en balde. Se sabe poco sobre estas curiosas tumbas excepto que fueron construidas entre 2.000 y 3.000 aC. Fotos de internet

En un plan B improvisado, como otros que hubo durante nuestro road-trip, hicimos paradas inesperadas. En una aislada y desierta gasolinera paramos a comer unas hamburguesas en un pequeño y curioso restaurante-boutique, donde sacamos las sillas al parking. Extraterrestres.

Seguimos hacia la pequeña ciudad de BAHLA, ubicada en el borde de una llanura, justo en el punto donde las estribaciones de las montañas Hajar se encuentran con el polvo del desierto. Está dominada por un Fuerte desproporcionadamente grande. Justo llegamos y cerraban. Exploramos las ruinas de la zona exterior y lo dejamos para el día siguiente porque no queríamos tarde a Nizwa.










En NIZWA (pronunciado “Nísua”) hicimos noche en el Nizwa Inn (https://nizwainn.com/ 25 eur pp con desayuno), un hotelito tradicional con mucho encanto, excelentemente situado, donde cogimos una habitación triple que estaba como en una cueva. Nos gustó mucho. 







Nos llamó la atención que por la noche no recogen los tenderetes callejeros de los mercados, supongo que porque nadie se imagina que pueda haber ladrones. En Omán?.


Día 5 -  NIZWA – BAHLA – JABREEN - BIRKAT AL MOUZ – (SHARQIYA) WAHIBA SANDS

Tras un potente desayuno, como casi todos los días, vimos Nizwa a la luz del día, callejeamos e hicimos algunas compras, además de re-desayunar en Anat, un famoso café sobre una muralla, y cambiar más euros por riales.






Es una ciudad con un fuerte patrimonio religioso y cultural que fue capital de Omán en los S. VI y VII, y donde las cúpulas y minaretes de las mezquitas se elevan sobre edificios de color arena rodeados por las montañas Al Hajar. El Fuerte de Nizwa del S. XVII, con su impresionante torre de vigilancia redonda y sus altos muros de 30m, está muy bien restaurado y aunque es uno de los sitios históricos más preciados de Omán, decidimos cambiarlo por el Fuerte de Bahla. En el zoco de Nizwa encuentras joyas de plata, delal (cafeteras tradicionales), azafrán, dátiles y especias.






En esta interesantísima ciudad, la vida arranca muy temprano en la mañana. Sobre todo si se trata de un viernes, es el día en el que ganaderos y comerciantes llegados desde todos los rincones del país asisten al mercado semanal de ganado. No nos coincidió, qué pena!.

Un laberinto de callejuelas de tonos ocre da forma al zoco de la ciudad, repleto de decenas de tiendas en las que adquirir todo tipo de productos autóctonos. Una visita a la zona dedicada a los dátiles, de los que se cultivan hasta 45 especies diferentes en los alrededores, es esencial. También es un buen lugar para comprar un khanjar, la típica daga ceremonial curva. Muy caras, sobre 1.000 eur.










Tras disfrutar callejeando por Nizwa, regresamos de nuevo a BAHLA para, esta vez sí, visitar su legendario Fuerte, Patrimonio de la Humanidad. Una visita obligada, llena de mitos y leyendas locales. En esta ciudad oasis, con nada menos que 12 km de fortificación, me encontré un Fuerte laberíntico, el más antiguo de Omán (su origen está en el 1.000 aC.). 








Tras décadas de restauración, en 2012 se inauguró de nuevo. Hay algunos paneles interpretativos pero el principal atractivo de este descomunal Fuerte es justamente su escala y la fantástica vista panorámica desde las almenas: antiguas casas de barro y las ruinas, rodeadas de plantaciones de dátiles. El suelo rico en arcilla de Bahla transformó este puesto avanzado del desierto en el principal centro de Omán para la producción de cerámica en la antigüedad (han descubierto loza del cuarto milenio aC., casi nada!).






Finalmente no visitamos la cercana JABREEN, unida a Bahla por una puerta triunfal, una enorme doble construcción arqueada sobre la carretera. Jabreen cuenta con su propia fortaleza, dicen que impresionante y probablemente la mejor restaurada. Pero con el Fuerte de Bahla fue suficiente… y es que si vas a Omán te pasará esto siempre que tu tiempo sea un bien escaso. Quien mucho abarca poco aprieta?, buen refrán.

Protegido en la bisagra de la llanura y la montaña, BIRKAT AL MOUZ es una preciosa aldea que ha conservado gran parte de su antiguo encanto. Se traduce como "Banana Pool", un nombre apropiado como revela un recorrido por la plantación del pueblo. Lo más interesante es un Fuerte del S. XVII, Bait Al Radidah, un falaj (canal de riego) activo, un antiguo pueblo interesante que está en proceso de ser salvado de la ruina desde el que las vistas eran espectaculares. Costó un poco subir pero mereció la pena.









Por fin tocaba ya ir al desierto: una enorme extensión (14.500 km²) de ondulantes dunas, hogar de nómadas y beduinos que sobreviven con las artes propias del duro entorno que se extiende hasta el mar de Arabia. 

En SHARQIYA SANDS, conocido localmente como WAHIBA SANDS, estás rodeado de dunas ondulantes y vegetación desértica en un paisaje aparentemente infinito. Este desierto alberga dunas de hasta 150 metros de altura. Debido a la composición de la arena, los colores varían del amarillo al rojo. Todo un espectáculo, hogar de camellos y beduinos, te descubre una cultura ancestral, una manera diferente de vivir. 

Antes de meterme en el desierto, en un destartalado garaje nos desinflaron un poco las ruedas de nuestro todoterreno, e iniciamos el recorrido de varios kilómetros hasta nuestro campamento siguiendo al coche-guía por caminos a veces invisibles. Una gozada para "macarrear" un poco, con derrape fácil a todo gas. Nada más llegar iniciamos una ruta a pie para ver la puesta de sol desde lo alto de las dunas. Impresionante.

Que el 80% del territorio sea desierto deja algo absolutamente claro: un viaje al país debe incluir, al menos, una incursión al mismo. Una noche bajo las estrellas fue otro punto culminante del viaje. La sensación de estar rodeado de un mar infinito de dunas, sin nada más allá que la silueta de los camellos que habitan la zona, no se puede describir con palabras.

He conocido otros desiertos en Irán, Etiopía o Yemen, pero nada se parecía a esto.













La gran mayoría de los campamentos en la zona está liderados por beduinos, que mantienen sus tradiciones en este rincón del mundo a pesar de las comodidades modernas que limitan la necesidad de una existencia nómada. La majestuosidad del cielo nocturno y el placer del amanecer en las dunas hacen que la estancia en uno de los campamentos del desierto sea una de tus mejores apuestas en Omán. No se requieren especiales conocimientos de conducción en arena para llegar a alguno de los varios campamentos en el interior del desierto. Solo necesitas un todoterreno 4WD (aunque ellos pueden llevarte si dejas tu coche fuera, en la carretera principal).






Elegimos el Nomadic Desert Camp, básico y muy auténtico, con cabañas y una zona de restaurante y descanso. (http://www.nomadicdesertcamp.com). Este campamento estaba ubicado más en el interior que el resto de alojamientos, más cerca de los límites. 

Aquí tuvimos una experiencia en el desierto tranquila y más auténtica… teniendo en cuenta que somos turistas y que no estamos de expedición de varios días por el desierto sino que vamos a pasar una única noche. Muy recomendable. 

No había luz eléctrica, así que mejor llevar una linterna frontal porque dentro de las tiendas estás a oscuras. No hay baños privados en las tiendas, pero sí hay unos para compartir con el resto del campamento. Incluso tiene unas duchas, rústicas y a cielo abierto (hay manantiales subterráneos). 

Las camas no eran incómodas pero a la noche hacía algo de frío en la habitación así que dormimos con el forro polar.

Los chicos que llevan el campamento son muy amables y después de una sencilla cena tipo buffet (que incluyó unos pinchos morunos abrasados), incluida en el precio del alojamiento (también el desayuno), te ofrecen té o café. 
Sería el momento de compartir un rato de conversación con otros turistas alrededor de la hoguera, tumbados sobre alfombras y cojines, pero nos fuimos a nuestras tiendas para charlar tranquilos y poder beber alcohol con discreción… 

Al anochecer, cuando cambias el sol por las estrellas, el universo entero se desnudó para nosotros.


Día 6 -  WAHIBA SANDS - WADI BANI KAHLID – RAS AL JINZ TURTLE RESERVE

Al día siguiente madrugamos a las 5,15am con fresco para hacer una excursión privada en 4WD (de ellos) para ver el amanecer poco a poco a unos kilómetros más al interior del desierto y que recorrimos sin más luz que los faros del todoterreno. 

La aventura y las emociones vinieron cuando de regreso al campamento el conductor comenzó a deslizarnos por el océano de dunas en un todoterreno (conocido como “dune-bashing”), lo que me confirmó que no debemos subestimar la capacidad de los guías locales para hacerte disfrutar surfeando a buena velocidad entre dunas que a nuestro paso se elevaban formando torres gigantescas a punto de devorarnos, hasta alcanzar la cima de algunas de las más altas, con descensos casi verticales. Disfrutar de un café y dátiles tras haber contemplado el amanecer sobre las dunas fue una experiencia mágica. 












Mientras tomábamos un té en medio de la nada, nuestro conductor se empeñaba en tratar de convencernos de comprar un apartamento en Mascate e irnos a vivir allí...




Después dimos gratis un paseo de 20 min. en camello… estaba incluido. Turistada.






WADI BANI KHALID es un oasis precioso que pilla de paso entre las dunas de Wahiba  y la costa de Ras al Hadd. Los cursos de los wadis en Omán, auténticos barrancos, oasis entre montañas, son impresionantes. Este wadi nace en montes agrestes y va descendiendo hacia la llanura formando pequeñas piscinas naturales de agua transparente y suave corriente. Rodeado de un paisaje apabullante, es una experiencia fantástica recorrer a nado una parte del arroyo, entre rocas y desfiladeros. Este valle poco profundo me encantó por sus aguas color esmeralda, cascadas, espectaculares formaciones rocosas, exuberante vegetación y coloridos pueblos.











Tras dejar el coche en un pequeño aparcamiento, avanzamos por un camino estrecho bordeando un canal de agua que era es el sistema de riego que mantiene esos magníficos palmerales. Llegamos a una pequeña laguna. Y justo allí había un restaurante en lo alto. Te puedes bañar allí mismo o mejor avanzar por un camino inexistente. Entre rocas pulidas por las periódicas crecidas del río, hay una zona de pozas preciosas, manantiales que se acumulan en una serie de piscinas profundas en el extremo estrecho del wadi, donde también es posible nadar… . Junto a las pozas, algunos “vigilantes” intentaban que todo estuviese en orden mientras que los escasos visitantes, mayormente locales y muy ruidosos, se bañaban chapoteando y cantando… o recibiendo una sesión de pedicura gratuita de la mano de unos curiosos pececillos que encuentran en la piel seca humana un exquisito manjar.







Este es uno de los wadis más populares de Omán, así que llega temprano y durante la semana si quieres algo de paz. Subimos las rocas en el lado derecho de las piscinas y continuamos durante 10 minutos para llegar a más piscinas encantadoras, con las paredes del cañón elevándose a ambos lados.

Continuamos ya hacia la RESERVA DE TORTUGAS DE RAS AL JINZ, que ocupa un área de 120 km² y es la principal zona de anidamiento de tortugas en Omán. Cada año, principalmente entre octubre y diciembre, más de 20.000 hembras de tortuga verde llegan aquí desde el golfo Arábigo, el Mar Rojo y la costa oriental africana. Viven entre 150 y 200 años y están en peligro de extinción, pasando la mayor parte de su vida en el mar pero volviendo cada año a las playas donde nacieron para depositar sus huevos en la arena, aprovechando la oscuridad de la noche. En la zona de la reserva también hay manglares y arrecifes de coral y suele ser lugar de paso para aves migratorias durante los meses de invierno.







Toda la zona está protegida. Las tortugas no se acercan a la playa durante el día, así que para tener la mejor oportunidad de ver alguna, nos sumamos a un caótico tour a las 9pm que salía del centro de visitantes de la Reserva y en el que había huéspedes del hotel, como nosotros, y otros turistas no alojados en la Reserva. La orilla del mar estaba a 900m, casi 15 minutos a pie por un camino de arena con linternas y recibiendo instrucciones. Se prohíbe el uso de flash. Los grupos están limitados a 25 personas por guía, con no más de ocho guías en cada sesión. Tuvimos suerte, vimos dos tortugas pero se habían puesto a anidar demasiado cerca de las rocas. Mala elección, pero no se les puede molestar. Te quedas boquiabierto ante un acto tan íntimo como la puesta de huevos. La playa, con impresionantes acantilados, es accesible durante el día. Dicen que a menudo es posible divisar tortugas entre las olas, esperando el anochecer antes de acercarse a la playa.

Dormimos en una “Tienda ecológica familiar de lujo”, con desayuno incluido  por 118 eur pp en la Guesthouse Reserve (www.rasaljinz-turtlereserve.com). La tarifa incluía una visita guiada al amanecer y al atardecer a la playa de las tortugas (9pm y 5am). Con una sesión fue suficiente, visto el caos.



Día 7 -  RAS AL HADD - AL AYJAH – SUR

A la mañana siguiente visitamos, en ruta, RAS AL HADD, cargado de historia como refugio de aviones de combate en la segunda guerra mundial -pudimos ver las pistas de aterrizaje cubiertas de arena- ofrece un precioso Fuerte construido en 1.560, donde había unos niños jugando y un espectacular entorno natural gracias a una playa interminable, en la que también depositan huevos las tortugas que la visitan, La playa tenía mucha alga verde en su orilla y no invitaba al baño.













AL AYJAH, un precioso pueblo de pescadores que conserva las antiguas casas que ya no quedan en Sur. Blanquísimas, se recortan sobre los azules del cielo y el mar. Merece la pena ir al Faro, que está en el extremo de la playita llena de barcas de pesca. Totalmente remozado, es sin embargo un lugar precioso que bien merece una visita. 

En el otro extremo disfrutamos de una preciosa vista de SUR, y de su puente de entrada, con los dhows de madera que parten o regresan del mar.












SUR, con un clima algo menos caluroso y más animada que otras ciudades omaníes, sirvió de base para la industria naviera durante gran parte de su historia, y su comercio con el este de África marcó los años de mayor esplendor y prosperidad. Con solo 7.000 hab. Sur sigue siendo un puerto comercial al que llegan maderas procedentes de India.

Aunque lejos quedan ya aquellos días, hoy aún es posible dar un paseo por sus destartalados astilleros y contemplar cómo se afanan en la tarea de reparación y construcción de los famosos dhows, embarcaciones tradicionales del golfo Pérsico. 

Visitar los últimos astilleros que aún funcionan en Omán y que continúan fabricando estas típicas barcazas de madera de las películas fue un puntazo: pudimos subir a un enorme dhow que estaba en construcción.  






Comimos en el Sahari Restaurant, muy recomendable, unos pescados deliciosos con unas vistas espectaculares viendo a los pescadores. Está junto enfrente de los astilleros de dhows.





Dormimos en el Sur Grand Hotel (http://www.surgrandhotel.com/) por 78 eur pp con desayuno. Tenía piscina en el tejado del edificio, desde donde vimos la puesta de sol. Lo cierto es que es un buen hotel pero está algo alejado del centro, donde debes ir en coche. 

Por la noche salimos a conocer el ambiente de Sur, muy animado, visitamos el zoco y compramos unos kumma (gorritos omaníes típicos, originarios de Zanzibar) y casi nos perdemos para buscar donde habíamos dejado nuestro coche.

Fuimos a cenar al restaurante del Sur Plaza Hotel (Oysters Restaurant) pero no tenían ostras y cayó una botella de tinto chileno normalito y muy caro.








Día 8 -  WADI  SHAB – BIMMAH SINKHOLE – Vuelo a SALALAH (DHOFAR). 3D/2N.

Fuimos pronto al WADI SHAB. En medio del árido paisaje, una especie de embalse bajo la autopista nos anuncia la llegada al oasis. Tras atravesar en barca un pequeño lago en la desembocadura del wadi, arrancamos una caminata de aproximadamente una hora entre desfiladeros que nos llevó a infinidad de piscinas naturales de agua dulce. ¿Quién podría resistirse a un chapuzón?. 

Antes, hay que iniciar, no obstante, una ligera ascensión por las paredes de piedra que se levantan a ambos del lado del valle para finalmente toparse con el verde esmeralda del agua, rodeados de palmeras datileras y algún que otro huerto. En las piscinas superiores es posible bañarse en ellas, nadar de unas a otras, en un repertorio mágico de colores.







Wadi Shab es un lugar excelente para hacer un trekking de un par de horas y darte un baño en las pozas de este valle-oasis entre montañas verticales, y es uno de los destinos más encantadores de Omán, a pesar de que la autopista 17 cruza una deslucida entrada. El wadi recompensa con piscinas de color turquesa, un concurrido falaj (canal de riego) y plantaciones en terrazas.




En ruta, paramos en un lugar insólito: el llamado BIMMAH SINKHOLE. Este sumidero natural es una de las vistas naturales más fascinantes de Omán: un enorme agujero (cráter semicircular de unos 40 m de diámetro) que se hunde 20 m, creando un lugar sereno para nadar y bucear.  

Algunos lugareños, e incluso algunas guías y blogueros algo “despistados”, atribuyen el origen de este cráter al impacto de un meteorito, pero los geólogos no dudan de que este canal subterráneo se formó a través de un proceso de erosión a medida que el agua devoraba el lecho de piedra caliza. 

Es una ubicación impresionante, entre el mar y las montañas. El agua, de extraordinarios colores, no rellena por completo el agujero, de manera que una playita ocupa una parte del mismo. Muchos simplemente van a admirar su belleza, o sumergen sus pies en el agua para una sesión de pedicura administrada por pececillos, como en todos los wadis de Omán. 

El agua dulce mezclada con las aguas saladas del Mar Arábigo (a solo 600 m) le da su precioso tono turquesa. Su agua cristalina refleja las láminas de la roca y crea un espectacular efecto visual. Como la leyenda local dice que fue creado por un meteorito, el deslavazado parque que hay alrededor se llama “Hawaiyat Najm", que se traduce como "La estrella fugaz". 

Hay baños básicos en la entrada donde uno puede cambiarse y ponerse un traje de baño, pero ya nos habíamos bañado en el Wadi Shab e íbamos ya justos hacia el aeropuerto de Mascate para dejar el todoterreno que habíamos alquilado por 1 semana y tomar un vuelo interno a SALALAH, capital de la región de DHOFAR, cerca ya de la frontera con Yemen, donde íbamos a estar 3 días con otro todoterreno para explorar bien la zona sin temor a meternos por cualquier pista. 






En el aeropuerto nos dimos cuenta enseguida del perfil de los pasajeros de este vuelo interno, más radical en cuanto a vestimenta y, por supuesto, ningún turista salvo nosotros. A la llegada a Salalah alquilamos en el aeropuerto otro todoterreno 4WD para dos días: nos hicieron un upgrade a un Jeep Grand Cherokee. Cochazo.

La región de Dhofar constituye la única franja de la desértica península arábiga atravesada cada año por las lluvias monzónicas (de finales de Junio a finales de septiembre), cuando un exuberante manto verde cubre cada año sus campos y sus montañas en otoño. 

Es lo que llaman Khareef (que se traduce como monzón), una estación muy destacada en Omán, que convierte a Dhofar en un paraíso verde y lluvioso, y el paisaje árido se torna en un vergel por el influjo de la humedad. El clima agradable lo convierte también en uno de los mejores lugares para visitar en Omán en verano, cuando las temperaturas en otras partes del país pueden superar los 40°C. 



Salalah, ciudad costera, lejana (a más de 1.000 km de Mascate) y segunda más importante de Omán, es famosa por su oro, incienso y mirra, además de por sus plantaciones de mangos y cocos. La usamos como excelente base de operaciones desde la que explorar la región de Dhofar. Cuando fuimos nosotros (febrero) no llovía desde hace meses. Y el paisaje, seco, no resulta tan fascinante.

Volar a Salalah fue una excelente decisión porque es diferente al resto del país. Muchos viajeros la pasan por alto porque pilla “a desmano”, pero los vuelos no son caros y la recompensa es total. Además, hay muy poco turismo extranjero. 

Tiene una especie de atmósfera tropical, muy diferente de Mascate. Por un lado, tienes una extensa playa de arena blanca con cocoteros y, por otro, el centro de la ciudad con un bosque con plantaciones de plátano, coco y papaya y montones de puestos de bengalíes donde puedes beber zumos recién exprimidos.

Los alrededores de la remota Salalah están llenos de atractivos: montañas enormes, alguna fortaleza más, acantilados y playas increíbles, algunas de las más impresionantes del país. Las hay kilométricas y lisas cerca de Salalah, pero también existen otras pequeñas y rocosas, al abrigo de acantilados. 

Dhofar posee la mayor población de camellos del mundo. Están por todas partes, literalmente, al contrario que en el norte de Omán, donde en su lugar hay cabras. 
La carne de camello es también de gran importancia en este lugar, y por lo general se sirve en la mayoría de restaurantes.

Estuvimos dos noches en un precioso apartamento del Hotel Salalah Gardens, con una enorme piscina y buenas vistas de una plaza animada (https://www.safirhotels.com/en/hotel/salalah-gardens). El precio fue de 53 eur pp noche, con un desayuno inmejorable. Muy recomendable.





Día 9 - Ruta en todoterreno hacia el OESTE de SALALAH y ciudad de Salalah

La zona entre Salalah y la frontera con Yemen es la morada de los acantilados más altos y el litoral más espectacular. Por cierto, esta zona es tan segura como en el resto de Omán. Podrías conducir sin problema todo el recorrido hasta Dalkut (la ciudad fronteriza) y volver a Salalah el mismo día, parando en aldeas y miradores que merecen mucho la pena.

Salimos pronto en nuestro todoterreno en dirección al oeste de Salalah, hacia Yemen, con algunas paradas imprescindibles en mente. Había mucho por ver pero preferimos disfrutar con calma de los mejores momentos y no pudimos ver todo lo previsto. Influyó también el hecho de que todo estuviera seco, lo que no hacía justicia al potencial a la zona.

Comenzamos por AYN KHOR: lo que pretendía ser una enorme cascada cristalina cayendo de la cima de la montaña más alta de la zona. 

Es la más famosa y recomendada de Dhofar. Estaba completamente seca pero nos hicimos a la idea. No perdimos mucho tiempo. No había nadie. No obstante impresionaba ver fotos en internet de cuando hay mucha agua. Foto de internet



Seguimos al acantilado de EFTALQUOT, uno de los más bonitos y emocionantes de Dhofar, a solo 40 km de Salalah. Es una alta y rocosa exposición vertical con vistas al océano Índico. 

Con una vista espectacular y sus enormes colinas que son verdes en la temporada de otoño y una bonita playa cercana, que se puede ver desde lo alto de las colinas vecinas y que fabrican una vista impresionante.




 

MUGHSAIL es una larguísima playa de arena dorada: paramos para relajarnos y disfrutar de un baño y un paseo bajo una deslumbrante claridad que hacía que la arena brillase como pequeñas joyas, bajo una cálida brisa y en una pintoresca vista de montañas rocosas. Un momento de paz. 

Hay al lado una zona de bufones, pero solo en época de monzones, en la cueva de Marneef, con agujeros de ventilación. En realidad no es una cueva, sino una gran roca que sobresale. Ello junto a un discreto restaurante, donde tomamos otro café omaní.


















Esta foto esconde un largo puente derruido que obligaba a dar un rodeo en coche...


PLAYAS AL-FAZAYAH. Es absolutamente uno de los mejores sitios costeros de Dhofar, un lugar espectacular. Situadas en las colinas de las montañas y rodeadas de increíbles acantilados en forma de hongo a una altura de más de 700 metros, hace que el lugar sea una imagen natural impresionante que te deja sin palabras. 






Escondidas bajo una ladera imponente, las playas solo se ven a medida que desciendes por un sinuoso camino hacia la costa, viendo muchos grupos de camellos. Comimos entre rocas unos bocadillos de embutido que habíamos llevado y cervezas bien frías. De lujo. 

Nos encontramos con muchos camellos, incluso en la misma orilla del mar: deambulan libremente por esta costa durante todo el día. Estábamos embobados viendo a los camellos, sobre todo cuando las crías fueron galopando a la orilla a meterse al agua bajo una indisimulada y evidente diversión. Brutal.

La adaptación de los camellos al desierto no les impide sorprendernos en otros entornos. Una de sus habilidades menos conocidas es la de nadar. Les han visto hacerlo en manglares en Gujarat (India), cruzando el Nilo (en Egipto) y en mar abierto en Oman (hay un video increíble en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=OI6JSxSKQ4U)




















Esta increíble experiencia con los camellos, tan auténtica e insólita, nos entretuvo bastante y no seguimos ya más hacia el oeste, aunque nos quedaba ver el aclamado mirador de la montaña SHAAT, ubicado sobre las nubes en un alto acantilado de piedra caliza a 800m sobre el mar. Decidimos regresar a Salalah para cenar, relajarnos y prepararnos para la aventura del día siguiente. Fue otro día espectacular más. Grande Omán.


Día 10 - Ruta en todoterreno al ESTE de SALALAH. Vuelo de regreso a MASCATE.

La zona este era menos impresionante a nivel paisajístico, pero sus ciudades y lugares históricos la hacen más interesante desde un punto de vista cultural. 

TAQAH es la primera ciudad que nos encontramos. Solía ser un puerto importante, por eso hay algunos edificios antiguos de su época más próspera. El pequeño castillo de Taqah, del S. XIX es uno de los monumentos más distinguidos de Dhofar pero estaba cerrado y solo nos ofreció una buenas vistas de esta ciudad.






KHOR RORI es el estuario más importante de Dhofar, precioso, bajo las ruinas arqueológicas de la antigua ciudad de SUMHURAM, que se encuentran en lo alto de una pequeña colina sobre tranquilas aguas y fueron construidas en el S. III aC.  También se sabe que albergó el Palacio de la Reina de Saba. Hay una pista para caminar y recorrer el sitio a pie. Es un paseo agradable. Había un equipo de arqueólogos italianos trabajando duro junto a trabajadores locales

Visitamos un centro de información y deambulamos por las ruinas: leímos que desde el puerto se exportaba  incienso al resto del mundo y su laguna, alimentada por el agua del Wadi Darbat, es reserva natural de aves, peces y plantas (reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad).













Seguimos a MIRBAT, la ciudad más grande de Dhofar tras Salalah, que alberga un puerto pesquero muy interesante y transitado, con muchas oportunidades para hacer fotos. 






Aunque leímos que la arquitectura de la ciudad era excelente y que había una mezquita (la de Bin Ali) que valía la pena visitar, nos centramos en el antiguo puerto de Mirbat, donde pudimos ver algunos dhows tradicionales y un gran mercado de pescado fresco. Un espectáculo. No nos lo pensamos.







Preguntamos en cercano restaurante si nos podía preparar unos pescados si los comprábamos nosotros en el mercado. Dicho y hecho. Una gozada, el lugar, la velada y la frescura de unos enormes peces recién salidos del agua, deliciosamente preparados, aunque le explicamos con mucho detalle cómo los queríamos. Conocimos allí a un matrimonio español, él era agregado de la embajada de España en Pakistán, que estaba de vacaciones por la zona. Charla interesante e intercambio de impresiones sobre Omán y Pakistán...




Seguimos hacia JABAL SAMHAN, el punto más alto de la región de Dhofar, a más de 1.200m. Desde aquí, la vista era increíble, casi tocando las nubes y con una notable bajada de temperatura. Impresionante.









Pudimos ver un pastor que estaba armado con un rifle.


Antes de ir hacia el aeropuerto para regresar ya a Mascate, paramos en el TAYQ SINKHOLE, un lugar sorprendente. Puedes caminar alrededor del borde de uno de los sumideros más grandes del mundo: su diámetro máximo era de 150m y su profundidad de 211m. El agua que fluye por los valles ha dado lugar a esta formación en la sima, con magníficas cascadas a lo largo de la intersección con una cueva. Pero todo estaba seco en febrero. Las fotos no hacen justicia...





No paramos en el Wadi Darbat, en parte por ir justos de tiempo y porque además era de esperar que estuviese seco y, por ello, algo deslucido. Me dio pena porque dicen que ese valle es extraordinario.

He visto fotos en las que parece Escocia y no se ven las rocas porque están cubiertas de vegetación regada por el cauce del wadi que nace desde las aguas subterráneas de Tayq Cave. Un espectacular entorno natural.

Tomamos el vuelo de regreso a Mascate, tras devolver nuestro coche en el aeropuerto, y al llegar me despedí con tristeza de mis dos compañeros de viaje, al tener que regresar anticipadamente 4 días antes a España por la hospitalización de mi hermana. Ellos se quedaron a dormir en un cercano hotel al aeropuerto para tomar al día siguiente otro vuelo interno a Khasab, para estar 3D/2N visitando la península de Musandam.

Por tanto, a partir de aquí mi relato no es ya una experiencia directa pero he decidido incluirlo en este post para que quienes decidan viajar a Omán tengan una información completa si leen esto.



Día 11 - KHASAB (Península de MUSANDAM)

Yendo a la alejada Musandam en avión “no sales de Omán”. Si vas en coche son 535 km (6-7h) desde Mascate y además atravesando frontera con UAE (visado, vacunación…) y si vas en ferry, habrías de ir antes en coche hasta un embarcadero en Shinas (a 260 km de Mascate), y solo zarpa 2 dias/semana y sin seguridad de estar operando.

La mejor opción, casi obligada, era tomar un vuelo (140 eur i/v y 1,10h de viaje con Oman Air).

Un lugar donde los picos de las montañas se elevan desde el mar turquesa, con un paisaje sublime dejando estrechas ensenadas de agua en el medio. Un viaje en barco en un dhow tradicional (barco de madera) es la mejor manera de conocer Musandam, visitando islas y avistando delfines o ballenas en estas aguas. La ciudad de Khasab es la base desde la que organizar una excursión en barco o un safari de montaña en 4 × 4 hasta Jebel Harim. También otros pueblos y wadis, y ensenadas similares a fiordos, como el espectacular Khor Najd.

Esta región del norte es la más mestiza de Omán. Hasta hace unos pocos años, a este rocoso y aislado territorio situado en la punta del estratégico estrecho de Ormuz, solo se podía llegar en barco. Su carácter multicultural ha quedado registrado en el habla de sus habitantes, una mezcla de tantas lenguas diversas que incluso un árabe lo encuentra casi incomprensible. Es un lugar especial gracias a sus espectaculares fiordos, una cadena de montañas infiltrada por las aguas marinas.

Musandam es un lugar especial. Parte de Omán, pero rodeada por los Emiratos Árabes Unidos, tiene una geografía, una cultura y una historia únicas que la distinguen de sus vecinos árabes. Su costa irregular, que se adentra en el estrecho de Ormuz, le ha valido el apodo de la "Noruega de Arabia". Si bien sus fiordos son realmente impresionantes, las extensas montañas de Musandam son igualmente dignas de explorar. Abundan las oportunidades de senderismo, snorkel, buceo, y camping. 

Hay dos actividades principales desde Khasab: crucero en dhow por los Khors (estuarios) y “safaris” (por qué les llaman así?) de montaña en todoterreno hasta la cima de Jebel Harim. Todas las compañías de viajes en Khasab ofrecen ambos si estás buscando un servicio "todo en uno".

En Khasab los barcos de pesca y los dhows entran y salen por las ensenadas, recogiendo cestas de langostas o echando redes en las bahías circundantes. 
Desde el levantamiento del embargo comercial con Irán, la loca carrera en potentes lanchas de fibra de vidrio a través del estrecho de 55 km prácticamente ha puesto fin al contrabando de cabras y cigarrillos, pero la piratería reaparece siempre que se aplican sanciones internacionales a Irán.

La ciudad de Khasab no tiene mucho para ver pero tiene una sorprendente ubicación encajada entre escarpados acantilados y el mar, una característica que no puede dejar de apreciar cuando llegas en avión.

Muy aislada, esta preciosa península merece una visita. En un par de días puedes hacer justicia a las montañas alrededor de Jebel Harim en todoterreno 4WD, o puedes concentrarte en el mar y explorar los khors en barco. En coche, el viaje a lo largo de la costa occidental de Musandam da una idea de ambos planes, con su espectacular paisaje de piedra caliza y su costa reticulada.

Nada más llegar al diminuto aeropuerto de Khasab, puedes tomar un crucero a Khor Ash Sham, la más larga e imponente de las ensenadas, donde las montañas se elevan y las aldeas aisladas salpican la costa. Los cruceros tienden a ser de medio día o de día completo, y en este último haces una parada para comer en Telegraph Island, una vez hogar de una estación de telégrafos británica, para nadar y bucear. La ensenada también ofrece una gran posibilidad de ver delfines. 

Esta región del norte es la más mestiza de Omán. Hasta hace unos pocos años, a este rocoso y aislado territorio, situado en el cabo del estrecho de Ormuz, solo se podía llegar en barco. En esta cadena de montañas infiltrada por las aguas marinas, resulta habitual avistar delfines –nariz de botella, común, spiner y de Rissos–, tortugas e incluso ballenas. Pero bajo la superficie marina (al menos desde la excursión en dhow por los fiordos) lo que dicen de arrecifes de coral con inmersiones de ensueño y snorkel es algo decepcionante, al menos en febrero.







Día 12: JEBEL JARIM, MESETA DE SAYH y RAWDAH BOWL (MUSANDAM)

Debes ir con un todoterreno con conductor local. La excursión de día, por pistas de montaña, incluye una comida en algún lugar con vistas. El paisaje montañoso que rodea el pico más alto de la península de Musandam, Jebel Harim (Montaña de las Mujeres) es muy sorprendente, con fuertes estrías en la pared rocosa y unas vistas espectaculares del árido paisaje. 

En primavera, el paisaje se suaviza cuando un tinte de verde toca la ladera de la montaña. 



Se puede acceder a la montaña desde Khasab a través de una carretera (solo en todoterreno) y lo convierte en una espectacular excursión de un día “off the road”. La ruta retrocede a través de formaciones de piedra caliza hasta llegar a la meseta de Sayh, un sorprendente mosaico de campos verdes y burros pastando rodeados de asentamientos de piedra.



La carretera asciende otros 8 km hasta un paso debajo de una torre de telecomunicaciones que marca la cima de la montaña. Vale la pena el ajetreo de la carretera durante unos kilómetros al otro lado del paso: vistas de casas improbables, aferradas a los cañones en forma de media luna, con terrazas en varios estados de abandono, son espectaculares.


Debajo de Jebel Harim, una brecha en las montañas conduce a una meseta casi circular conocida como Rawdah Bowl. Una hermosa depresión llena de acacias maduras, tiene una larga historia de asentamientos. Toda la zona, con sus inclinaciones diagonales de roca sedimentaria estriada, adquiere un carácter surrealista al atardecer.


El trayecto abarca espectaculares rutas escénicas a través de montañas y valles, alcanzando una altura de 1784 m sobre el nivel del mar con unas vistas panorámicas gloriosas. Durante el camino, puedes disfrutar de la belleza desde la cima de Khor-al-Najid, uno de los escenarios más hermosos de Omán: las vistas son sensacionales con un mirador impresionante, especialmente cuando las nubes dibujan los acantilados circundantes. Esta es justo la foto que se elige con más frecuencia en la literatura turística para promocionar Musandam.



Tras el vuelo interno de regreso de Khasab a Mascate, el viaje parece ya terminar pero es posible que, por la hora de salida de tu vuelo internacional, debas permanecer en Mascate unas cuantas horas. Podrías, dejando la maleta en un locker del aeropuerto, explorar otros barrios de Mascate, como Ruwi (la “Little India”) o Al-Qurum (muchos restaurantes de todo tipo, desde panaderías francesas hasta restaurantes de pescado y varias cadenas internacionales). O incluso repetir la zona de Mutrah para últimas compras. 

Aunque como “colofón”, también tendrías la excelente opción –si dispones de tiempo porque tu vuelo salga de madrugada- de reservar un tour organizado desde Mascate para ir a las ISLAS DINAMIYAT, a 17 km de la costa (30 min - 1h en barco), que dicen es una de las reservas naturales más bonitas de Omán, y protegida por la UNESCO, para nadar entre tortugas o tener la posibilidad de ver tiburones, anguilas y delfines, y playas desiertas de ensueño. La mejor temporada de snorkel en Oman es de Abril a Octubre. Fotos de internet.


Esto es todo. 

Por un lado, me queda el buen regusto de haber vivido un “gran viaje”, una gran aventura, y en excelente compañía, por un recóndito rincón del mundo poco explorado, poco masificado, poco conocido y lleno de innumerables alicientes que lo hacen muy recomendable como contrapunto a la visión que ofrecen países vecinos como EAU, Qatar o Arabia Saudita. Ni color.

Pero por otro, debo decirlo, me queda la profunda tristeza por la desgracia familiar que me llevó a decidir interrumpir este viaje, un regreso que anticipé 4 días que no contó con final feliz y que desconsolado aún trato de sobrellevar recordando los buenos momentos con mi querida hermana Mariví (46), mientras he dejado como siempre huella testimonial de otra fascinante experiencia viajera. D.E.P. 16.marzo.22

VIDEO OMAN

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