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05 diciembre 2015

BERLIN 2015 december


Berlin, qué buen plan!. Superinteresante la capital de Alemania, muy multicultural y, tras Londres y París, la tercera ciudad europea con mayor turismo por delante de Roma.

Con un Bonn que ya pinta tan poco, un Frankfurt que se ha quedado como centro financiero, y un Munich, capital de Baviera, que aún no conozco pero que dicen reivindica modernidad y tradición, nos queda Berlin... que aunque no es una ciudad "bonita", cuenta con una gran historia, aunque triste, que contar.

Asolada durante la Segunda Guerra Mundial y dividida por el Muro durante 28 años, Berlín va recuperando su antiguo esplendor a pasos de gigante. Los edificios de arquitectura moderna van borrando el oscuro pasado de la ciudad y te encuentras con un ambiente muy "especial" donde lo clásico se mezcla con lo moderno y lo extravagante con lo cotidiano. Los rastros del muro forman el mejor de los museos en el que se pueden revivir los tiempos de angustia por la división, y uno percibe rápido las consecuencias de un fascismo exacerbado.

Es una ciudad impregnada de encanto histórico, donde conviven las viejas e inalterables calles “del Este” con la grandiosa arquitectura de zonas más modernas del Oeste. 

Pienso que muchos viajamos a Berlín principalmente para ser testigos de la resurrección de esta ciudad, siempre emparentada con el famoso muro que la dividió durante su período de oscuridad y conocer su historia.
Tiene una enorme oferta cultural y dicen que una legendaria vida nocturna (que no pudimos explorar a fondo), con muchos lugares "turísticos" que, francamente, uno no puede dejar de visitar, pese al altísimo número de autobuses turísticos por toda la ciudad y el ver tanta gente “haciendo lo mismo que tú”.
Rebelde, y quizás algo secuestrada por su pasado, Berlin –basta para 4 dias, 3 noches- resulta conmovedor y emocionante a la vez. Como siempre, no paramos quietos y hemos aprovechado al máximo la estancia.

Imprescindible en Europa, ya nos ha costado ir...pero nunca es tarde. Te cuento mi experiencia.

El tiempo fue bueno, aunque muy frío; el carácter de muchos alemanes nos pareció algo arisco a veces. El transporte público (varias líneas de tranvía, de tren, de autobuses, y de metro) me pareció muy completo y barato pero algo confuso.


Y los famosos semáforos, con esos hombrecillos “empalmados” y con sombrero, que duran TAN poco, resultaban muy curiosos.


El día de la llegada el autobús nos hizo una visita guiada previa, incluída en el precio,  por lo más “básico” de la ciudad y el guía nos puso en antecedentes antes de dejarnos en el hotel (muy recomendable, http://www.intercontinental.com/intercontinental/hotels/gb/en/berlin/berha/hoteldetail, dentro de una oferta rabiosa de Politours).

Al día siguiente cogimos a las 10,30h una visita guiada (en castellano) a pié que empezó en la Puerta de Brandenburgo y terminó en la Alexanderplatz. Sin reserva previa. Muy recomendable. Precio?: a la voluntad!. Porque no es lo mismo ver un lugar que saber lo que pasó en él y por qué, porque todos los guías son unos enamorados de Berlín y llevan años viviendo en la ciudad y porque hay muchas curiosidades que no se leen en las guías...


En esta foto se ve cómo lo que era el Berlin occidental estaba completamente rodeado por el Muro: estaba aislado. Y la gente que lo saltaba, en realidad estaba entrando en una "isla"...que permitia ya "volar" a otros lugares del mundo.

Comer hemos comido bien. Aunque el vino era demasiado caro (4-5 euros copa de 20cl), la cerveza era impresionante: cantidad y calidad. El codillo asado, una barbaridad: no puedo por menos que recomendar ir a comer o a cenar al Hofbräuhaus Munchen (HB), cerca de Alexanderplatz. Puro vicio, y sin olvidar las famosas "Currywurst" callejeras (salchichas gigantes troceadas con curry y tomate). Precio razonable. Había también mucho "mercadillo de Navidad" en varios lugares, con un montón de gente.












Pero voy al lío.

Puerta de Brandenburgo

Brandenburger Tor fue una de las antiguas puertas de entrada a Berlín además de uno de los símbolos más importantes de la ciudad. Es una construcción enorme y me recordaba un poco a la Acrópolis de Atenas.
En 1795, el monumento fue coronado con una cuadriga de cobre que representa a la Diosa de la Victoria en un carro tirado por cuatro caballos: la estatua que vimos es una copia hecha en Berlín oeste en 1969, ya que la original quedó destruida durante la Segunda Guerra Mundial. En 1956, ambas partes de la ciudad dividida aunaron sus fuerzas para la reconstrucción de la puerta. Pero ya en 1961, tras la construcción del Muro de Berlín, la puerta quedó perdida en tierra de nadie, atrapada entre el este y el oeste, sin que prácticamente nadie tuviera acceso a ella. Tras la reunificación de la ciudad, por fin recuperó el lugar que se merece. A muy pocos metros del hotel Aldon, donde Michael Jackson sacó en volandas a su hijo por la ventana, la contemplamos de día y de noche, todo pese a los turistas que nos agolpamos a su frente para sacar quizás la foto más representativa del viaje.






Monumento al Holocausto

Muy cerca de la Puerta de Brandenburgo, es en memoria de los judíos asesinados en Europa: se trata de una cuadrícula formada por 2.711 bloques de hormigón de diferentes alturas, que permite que los visitantes elijan su camino de entrada y salida. Nos decían que el monumento provocaba una gran diversidad de opiniones entre sus visitantes. Para algunos, es una experiencia impresionante recorrer los pasillos rodeado por losas más altas cada vez y, para otros, se trata de un lugar claustrofóbico y feo. Fifty/fifty, pero una parada obligatoria. Muy cerca también vimos (donde estuvo) el bunker donde Hitler se suicidó. El guía nos explicó en detalle, recordando la peli de El Hundimiento, lo que se coció allí. Muy interesante.





Muro de Berlín en la Topografía del Terror

Detrás de un trozo del muro que se mantiene prácticamente intacto, se encuentra un solar en el que se sitúa la "Topografía del Terror", un lugar con una historia escalofriante. Esta fue una exposición que visitamos, ciertamente triste, donde vimos (en lo que fue la antigua sede de la Gestapo) unas fotos y documentos que nos dejaron helados. Frente a la antigua sede de la Luftwaffe (las fuerzas aéreas nazis), que curiosamente no fue bombardeado, al lado estaba parte del famoso Muro, cuya construcción y, especialmente su caída, han formado parte de los momentos más importantes de la historia del siglo XX. Este muro dividió Berlín en dos partes durante 28 años, separando a familias y amigos.

Los que se oponían al régimen de Hitler acababan allí, donde eran sometidos a interrogatorios y continuas torturas en los sótanos del edificio. Para la gente especialmente interesada en la historia, la Topografía del Terror es un lugar realmente interesante, pero es necesario tomarse bastante tiempo para leer los textos que acompañan a cada una de las fotografías.





Al finalizar la II Guerra Mundial, tras la división de Alemania, Berlín también quedó dividida en cuatro sectores de ocupación: soviético, estadounidense, francés e inglés. Las malas relaciones entre los comunistas y los aliados fueron creciendo hasta llegar al punto en que surgieron dos monedas, dos ideales políticos y, finalmente, “dos Alemanias”: en 1949, los tres sectores occidentales (estadounidense, francés y británico) pasaron a llamarse República Federal Alemana (RFA) y el sector oriental (soviético) se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA). Berlín quedó dividida y se crearon puntos de paso entre las dos zonas de la ciudad.

Y esta es la clave del asunto: la maltrecha economía soviética y la floreciente Berlín occidental hicieron que hasta 1961 casi 3 millones de personas dejaran atrás la Alemania Oriental para adentrarse "en el capitalismo", por lo que la RDA comenzó a darse cuenta de la pérdida de población que sufría (especialmente de altos perfiles) y, la famosa noche del 12 de agosto de 1961, decidió levantar un muro provisional y cerrar 69 puntos de control, dejando abiertos sólo 12. A la mañana siguiente, se había colocado una alambrada provisional de 155 kilómetros que separaba las dos partes de Berlín: los medios de transporte se vieron interrumpidos y ninguno podía cruzar de una parte a otra. Durante los días siguientes, comenzó la construcción de un muro de ladrillo y las personas cuyas casas estaban en la línea de construcción fueron desalojadas. Con el paso de los años, hubo muchos intentos de escape, algunos con éxito, de forma que el muro fue ampliándose hasta límites insospechados para aumentar su seguridad.
El Muro de Berlín acabó por convertirse en una pared de hormigón de casi 4 m de altura, con un interior formado por cables de acero para aumentar su resistencia. Muy curioso, en la parte superior colocaron una superficie semiesférica para que nadie pudiera agarrarse a ella. Acompañando al muro, se creó la llamada "franja de la muerte", formada por un foso, una alambrada, una carretera por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24h., Glups!. Aun así, fueron muchos los que lo intentaron. Aún en 1975, 43 km del muro estaban acompañados de las medidas de seguridad de la franja de la muerte, y el resto estaba protegido por vallas. Entre 1961 y 1989 más de 5.000 personas trataron de cruzar el muro y más de 3.000 fueron detenidas. Alrededor de 100 personas murieron en el intento, la última de ellas en 1.989. A ver, esto ha sido "antes de ayer". Increíble...

Check-point Charlie

Hoy en día, el mayor "saca-cuartos" que te puedas imaginar. Cangas del Morrazo, unos "actores" cobran 3 euros por sacarte fotos con ellos junto a una trinchera y un "puesto fronterizo". Unos jetas de p.m., el ayuntamiento les había colocado en frente un arbol de navidad enorme para joderles, pero no se atreven a cerrales el chiringuito: es muy turístico. Incluso si querías te "sellaban" tu pasaporte...en fin.



Pero claro, es que fue el punto de paso más conocido de los utilizados durante la Guerra Fría. En él se podía conseguir el visado para cruzar a Berlín Este desde Berlín Oeste.
Después de la construcción del Muro de Berlín, quedaron pocas fronteras a través de las cuáles los ciudadanos pudieran moverse entre las dos alemanias. El alcalde de Berlín Occidental consiguió que sus ciudadanos pudieran visitar la parte oriental con algunas restricciones y el Check-point Charlie era el lugar de acceso. Además de las personas que cruzaron la frontera con permiso, hubo muchos ciudadanos que huyeron de Berlín Este engañando a los militares que controlaban Check-point Charlie. Algunos tuvieron suerte y escaparon de las formas más habilidosas pero, algunos otros, fueron interceptados (y asesinados sin piedad).
Desde 2001, en Check-point Charlie se encuentra instalada una réplica del cartel que años atrás advertía a los ciudadanos: “Está abandonando el sector americano”.

Aparte del cartel, hay una pequeña "frontera" (réplica) en la que los turistas se fotografían sin parar, además de una larga colección de fotografías y textos de la época, donde se puede ver el aspecto que llegó a tener ese punto. Justo al lado se encuentra situado el Museo del Check-point Charlie, un lugar en el que se puede aprender mucho sobre los acontecimientos que tuvieron lugar durante la Guerra Fría.
Al lado había también una especie de museo sobre los "Trabis", esos coches de la Alemania oriental tan molones.
















La Catedral de Berlín (Berliner Dom) 

Se alza majestuosa en las proximidades del Río Spree, coronada por una cúpula de cobre de color verdoso. Es el edificio religioso más representativo de Berlín, situado enfrente del jardín Lustgarten, entre la Isla de los Museos y el solar antes ocupado por el Palacio Imperial. Muy chula.








Reichstag

Es la sede del Parlamento Alemán (Bundestag). Se trata de un edificio histórico con aspecto de "templo" clásico, pero coronado por una enorme cúpula muy moderna por la que se puede transitar, y que diseñó Norman Foster. Acojonante, quizás fue de lo que más me gustó. Entrada y audioguía en castellano gratuita, reservando solo por Internet.
La construcción del edificio del parlamento finalizó en 1894. Tras la II Guerra Mundial, el edificio quedó destruido y en 1956 optaron por reconstruirlo. Es increíble: subes en un moderno ascensor acristalado: en ese momento, te encuentras con el elemento más espectacular del edificio, una cúpula de cristal que se encuentra situada directamente sobre la Sala de Plenos del Parlamento (y se les ve trabajando!!). En el interior de la cúpula, se pueden ver multitud de fotos antiguas a través de las cuáles se describe la historia del Parlamento mediante sus momentos más importantes. En la parte superior se puede salir a la calle, aunque las vistas no son demasiado buenas si las comparamos con las que habría desde la Torre de la Televisión o desde la Catedral de Berlín, que no hicimos.










Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm

En 1950 se hicieron planes para su demolición, pero los ciudadanos se negaron y se tomó la decisión de crear un monumento conmemorativo con los restos de la iglesia. Su exterior magullado y ennegrecido pretende recordar la insensatez de la guerra. En el interior, una pequeña exposición muestra algunas fotos de la época en la que la iglesia quedó destrozada por los bombardeos.
Es quizás uno de los monumentos más interesantes de Berlín. Su peculiar aspecto de castillo derruido le otorga un encanto especial que realmente logra su objetivo: recordar a todo el que la vea que, mediante la guerra, sólo se logra destruir personas y tesoros arquitectónicos. Aquí comienza Kurfürstendamm (la calle más importante de Berlín junto con Unter den Linden), prototipo de avenida elegante de una ciudad, con los famosos grandes almacenes Kaufhaus des Westen, conocidos como KaDeWe.









Gendarmenmarkt

Flanqueada por la Catedral de Berlín, la Catedral Francesa y la Ópera, dicen que es la plaza más bonita de Berlín, aunque estaba llena de puestos por el "mercadillo navideño"







East Side Gallery

El mayor tramo que se conserva de los restos del Muro mide 1,3 kilómetros y es conocido como East Side Gallery, la mayor galería de arte al aire libre del mundo. Se pueden ver cientos de graffitis de artistas procedentes de todo el mundo, que han tratado de documentar mediante sus obras el cambio producido tras la caída del Muro. Algunas son realmente buenas y la más famosa es la del líder ruso Leonid Brezhnev besando a Erich Honecker, líder de la República Democrática Alemana... la más fotografiada.



















La Isla de los Museos

Solo pudimos ver dos, que ya está bien. Y comenzamos por el Museo de Pérgamo, el más impresionante y el más visitado, inaugurado en 1930, en su interior de aspecto babilónico, se expone la impresionante Colección de Antigüedades, además del Museo de Oriente y el Museo de Arte Islámico. Lo más alucinante fue el Altar de Pérgamo, construido hace más de 2.000 años para dar las gracias a los dioses y que fue desenterrado en la acrópolis de la ciudad griega de Pérgamo, Otra increíble reconstrucción de la antigüedad: la puerta del mercado romano de Mileto, del año 120 d.C., una inmensa puerta de 17 metros de altura. Y luego, una reconstrucción de la Puerta de Astarté, construida en el siglo VI a.C.: la puerta de la antigua Babilonia, adornada con ladrillos azules decorados con figuras animales. Una verdadera pasada!.













Y luego, claro, el Museo Nuevo, o egipcio, con Nefertiti. Muy chulo, aunque fuimos ya un poco a la carrera porque a la tarde nos salía el vuelo...
Se pueden ver momias, figuras funerarias utilizadas para los rituales de enterramiento y un sinfín de objetos expuestos en un marco incomparable aunque, sin duda, la obra maestra del museo es el busto de la Reina Nefertiti, conservado en perfectas condiciones desde su creación en 1351 a.C., y que no dejaban fotografiar con fuertes medidas de seguridad...nadie se atrevía...









En suma, el viaje no puede merecer más la pena y hay un sinfín de cosas muy interesantes para ver. El barrio judío (con el encantador Hackesche Hofe, y sus patios) o los barrios turcos, nos encantaron y vimos un Berlin mucho más alternativo, como contrapunto a la visión monumental y de la historia del Muro.





El Sony Center...en Postdamer Platz

























El famoso "currywurst", muy rico, aunque la piel de la salchicha un poco durilla...


Y esta es la casa de Merkel, un piso de alquiler (en el edificio de 2 plantas) por el que paga 1.500 eur/mes, a pocos metros del Museo de Pérgamo.


2 comentarios:

  1. paisajes hermosos y con las grandes y hermosas bebidas de alemania seguro se pasa una buena noche

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  2. Los viajes son una experiencia única e inigualable, y más cuando vas acompañado
    de seres queridos, crear nuevas memorias para en un futuro recordarlas con amor, explorar mundos nuevos, conocer la naturaleza en su maximo esplendor es distintas partes del mundo debe ser uno de los placeres de la vida

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